El debate sobre el modelo territorial en el seno del PSOE resultó en un cierre de filas durante la reunión Consejo Político Federal que se celebró ayer en Sevilla. Susana Díaz, que preside el órgano y fue la anfitriona en su segunda sesión, reiteró lo que viene diciendo desde que Pedro Sánchez anunció su intención de reformar la Constitución: que el nuevo texto debe garantizar la unidad de España y la igualdad de sus ciudadanos sin importar su comunidad autónoma de procedencia. El secretario general de los socialistas esperó hasta acabar su intervención para mostrarse tan contundente como Díaz, pero aseguró que el PSOE "ha defendido en todos los territorios la unidad de España" y que el objetivo de la reforma es "una mejor articulación" de esa unidad.

Las declaraciones de Sánchez sirvieron como respuesta a las que había hecho previamente Miquel Iceta, primer secretario del PSC, que antes de entrar en la reunión afirmó que su apuesta por reconocer a España como un estado "plurinacional" es "totalmente compatible" con la reforma del modelo. "Siempre hemos dicho que el tratamiento de las comunidades autónomas y sus hechos diferenciales no pueden conducir en ningún caso a la diferencia de derechos entre ciudadanos", detalló el líder socialista catalán, que considera necesario que se aborde la cuestión territorial "para que una mayoría de catalanes pueda sentirse muy a gusto y muy reconocidos".

La postura de Iceta provocó el revuelo en una mañana de idas y venidas en el hotel de la Cartuja que se ha convertido en sede recurrente de los actos del PSOE en Sevilla, y el resto de líderes socialistas se vieron obligados a mostrar su postura sobre un hipotético choque entre la propuesta del líder del PSC y la de Susana Díaz.

Los presidentes de Castilla-La Mancha y Extremadura, Emiliano García Page y Guillermo Fernández-Vara rechazaron la confrontación de pleno. "No hay que inventarse problemas donde nos los hay", dijo el líder del PSOE manchego, que dejó claro que "España es una nación única sin ningún lugar a dudas". García-Page aprovechó para recordar que la Constitución actual incluye la existencia de nacionalidades, aunque ese término "no se ha usado o no se le ha dado sentido. Por su parte, Fernández-Vara afirmó que "todos" los socialistas coinciden con Susana Díaz en su rechazo a la existencia de un país a dos velocidades. Tampoco fue muy diferente la reacción de Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana, que aseguró que España es una realidad que tiene "muchas miradas", pero "hacer un debate sobre los nombres no ayuda".

La presidenta de la Junta fue la última en llegar y, por lo tanto, en pronunciarse. Díaz volvió a remitir a la Declaración de Granada y a la primera reunión del Comité Político Federal. "Llevamos 135 años defendiendo la unidad de España y lo hemos hecho hasta en los momentos más difíciles", declaró la secretaria general del PSOE andaluz sobre el primero de los principios que considera indiscutibles en el futuro modelo territorial. Respecto al segundo, la igualdad de todos los ciudadanos, Díaz explicó que "es una seña de identidad" de su partido.

Según la política sevillana, el hecho de garantizar los mencionados principios de igualdad y unidad no significa que "no reconozca la diversidad, que nos enriquece", pero consideró que "la igualdad nos fortalece como país". Sí rechazó Díaz "la tentación de volver a otros momentos" cuando "los centros de decisión estaban en pocos lugares".

Con el revuelo más o menos aplacado, el cierre de filas de los socialistas se repitió con otra de las polémicas abiertas en el seno del partido. Desde aquel mitin en Alcalá de Guadaíra -previo paseo por Dos Hermanas por parte de Pedro Sánchez- durante la campaña de las elecciones locales del 24 de mayo, el desencuentro entre el secretario general del PSOE y su homóloga en Andalucía ha copado no pocos titulares, pero ayer Susana Díaz aprovechó su intervención para respaldar de forma contundente y pública la candidatura del líder socialista a las elecciones generales.

"Tenemos un gran candidato con el apoyo de todo el partido", señaló Díaz, que hizo especial hincapié en la unidad y la fortaleza de la formación. "Vamos a ganar las elecciones defendiendo una recuperación justa, bajo la bandera del estado del bienestar y de la igualdad de oportunidades", sentenció la presidenta de la Junta. El apoyo de Díaz no pasó desapercibido y una de las cinco preguntas que aceptó Pedro Sánchez tras su comparecencia fue para buscar su opinión al respecto. "Me siento igual de respaldado y agradecido", aseguró de forma escueta el candidato socialista a presidir el Gobierno.

La demostración de buena sintonía entre los dos líderes se repitió respecto a la propuesta de reforma constitucional, encargada a un comité de expertos presidido por el granadino Gregorio Cámara. Según Díaz, el objetivo de la actualización del texto del 78 debe "cambiar lo que no funciona y mejorar lo que funciona", para que el país pueda enfrentarse "a los retos de futuro". Por su parte Sánchez habló de la necesidad de reconocer nuevos derechos y libertades, blindar el estado social -con especial atención a la sanidad, la educación, la dependencia y los servicios sociales- y ampliar la participación ciudadana con el objetivo de "mejorar la calidad democrática". Todo ello sin olvidar el mencionado modelo territorial que resulte en "una España federal que trascienda a la de las autonomías".

Resulta llamativo que, tanto Díaz como Sánchez, después de defender las bondades de la actualización de la Carta Magna que proponen, insistieran en que la prioridad fuera la puesta en marcha de planes de emergencia para los más afectados por la crisis, algo que quieren poner en marcha de forma inmediata en las comunidades y ayuntamientos donde ya gobierna n los socialistas.