DE LIBROS

El arquitecto por libre

  • Colin Ward es la antítesis del espacio urbano que el turismo ha convertido en un relicario con franquicias

El escritor británico Colin Ward (1924-2010).

El escritor británico Colin Ward (1924-2010). / D. S.

En el británico Colin Ward (1924-2010) fue antes el arquitecto que el anarquista admirador de Kropotkyn (en cuyo semanario, Freedom, colaboraría). Siendo apenas un adolescente, comenzó a trabajar en estudios de arquitectura en aquel Londres bombardeado por la Luftwaffe en la Segunda Guerra Mundial. Es en plena guerra, en Glasgow, donde conocerá sus ambientes anarquistas.

Igual que Lewis Munford (autor de la esencial La ciudad en la historia), Ward también reflexiona sobre arquitectura y urbanismo a partir de la experiencia directa, corporal y personal. No existe cosificación y sí alergia a todo canon. Le interesa la historia social que surge del habitar, en especial las formas populares y no oficiales de la construcción y la transformación de los lugares (estudió la tradición popular del East End de Londres).

Cubierta del libro. Cubierta del libro.

Cubierta del libro. / D. S.

Como señala Giacomo Borella en el prólogo de esta antología, Ward representa el concepto de "anarquía en acción", que intenta buscar, en lo práctico, la "semilla bajo la nieve" (expresión tomada del escritor y político comunista italiano Ignazio Silone). Entre los temas más queridos de Ward se halla su fijación por los plotlands, enclaves autoconstruidos que responden a las new towns (nuevas poblaciones). Toda una serie, en fin, de sitios frugales, populares y autogestionados surgidos en el sudeste inglés. Ward atiende a las historias de los enclaves autoconstruidos respecto a los paisajes de los huertos, las casas erigidas en una sola noche (caso de los gecekondu en Estambul y otros ejemplos de Gales), pero sin olvido, de ahí su heterodoxia, de los espacios monumentales (dedicó un libro polifónico sobre la catedral de Chartres).

Mutualismo y autoorganización en el dominio del habitar. He aquí su punto de partida. Ward detesta los espacios planificados, reivindica la naturaleza próxima y promueve la idea de una vida al aire libre a partir de la actividad de las clases populares urbanas. En suma, Ward buscó un espacio para la arquitectura de la imperfección y la improvisación, incluso asilvestrada, en la línea de John Ruskin. "Trazar una línea: algunos arquitectos disidentes", "La muerte de la ciudad compacta" o "La casa anarquista" son algunos de los textos recogidos en esta Arquitectura del disenso. Aire fresco y libérrimo contra la turistificación de la ciudad de hoy.

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