Deportes

Ni Al-Thani se lo quiso perder El Carpena se estrena en Eurocup con un ambiente mejor de lo esperado

El primer partido de la historia de la Eurocup en el Carpena dejó el regusto de que nada había cambiado. Quizá por la entidad del rival, digno de Euroliga los últimos años, la entrada que se selló en la casa del Unicaja fue incluso mejor que la de muchos partidos de pasadas Euroligas. Aunque no debe de estar del todo contento Plaza, que quiere que el cajismo no rehuya de esta nueva era europea. Hasta el jeque Al-Thani, acompañado de su hijo Nayef, se personó para disfrutar del encuentro.

Había ganas de ver al Bayern, a Djordjevic y, sobre todo, a un Unicaja que empezó arrasando en su duelo ante el Buducnost. Ansia por comprobar si esta competición puede devolver a la Málaga baloncestística las mieles del éxito. Queda mucho para ello, el camino es largo, por eso se requiere el esfuerzo de todos, también desde la grada.

Algo que se pudo comprobar desde el salto inicial, a pesar de que las manos estaban demasiado frías. La sucesión de errores benefició al Unicaja, que tomó las primeras ventajas. Había ruido en las gradas y el equipo comenzó a encontrar la buena dirección. Díaz, que saltó a cancha por Smith, se llevó la primera ovación de la noche.

Porque al cajismo no hace falta pedirle nada. Si el equipo está, si compite con garra, la marea será más verde que nunca. Si a eso le unes la calidad, el apoyo está más que garantizado. Musli, en un doble reverso excepcional, levantó a más de uno de su asiento; aunque el que elevó los decibelios fue N'Diaye con un mate que irá directo al carrusel de mejores jugadas de la jornada.

Se enganchó el Bayern al partido, aunque los lomos de Musli pudieron cargar al resto del equipo para dejar el +8 al descanso. A la vuelta de vestuarios, el equipo teutón mostró más acierto hasta colocarse a dos. Silencio incómodo de los 5.147 -datos oficiales- que ayer pasaron por el Carpena, que se corto de raíz con dos triples consecutivos del Unicaja. La dinamita volvió y con ella el himno a voz viva en la grada.

Pero el Bayern le corre ahora sangre serbia, y se nota. Otra vez más a tiro... y otra vez que la grada tuvo que salir al paso. Pero los triples no entraban, el Bayern se sintió poderoso y a los aficionados se le atragantaron las palomitas. Diez minutos por delante y dos puntos para remontar.

Waczynski encadenó error tras error, se llevó una tenue pitada y el Unicaja se vio once abajo en un santiamén. En la debacle apareció N'Diaye para devolver la ilusión y el "sí, se puede". Pero el Bayern tiene a Redding a su salvavidas y éste se sacó un dos más uno sentenciador. Y así, entre algún leve chiflido, llegó la primera derrota en la Eurocup. Ni el Carpena ni Al-Thani dieron suerte en esta ocasión.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios