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Antequera vuelve a creer

  • El Amaya Sport se rinde en el Argüelles ante un equipo en precario que despertó sensaciones olvidadas y dio una lección de pundonor y buen juego para salir momentáneamente del descenso

Cuando peor pintabas las cosas, el Balonmano Antequera, bajo el patrocinio de la empresa Maygar, volvió a resurgir con una épica victoria ante el Amaya Sport San Antonio (32-28). Los antequeranos, que partían en clara inferioridad tras las últimas bajas en la primera plantilla, han conseguido rearmar el equipo en poco menos de una semana y con numerosos jugadores de la casa, tutelados por los más experimentados del plantel, sacaron toda la casta y el orgullo para dar un golpe sobre la mesa y poner la moral de la afición por las nubes. También la del equipo. La salvación es posible. La ciudad debe creer en ello.

Apoyados una vez más en el incombustible Diego Moyano, el equipo de Antonio Ortiz salió a por todas. Mucho más metido en el encuentro que su rival, los de Ortiz, que sacaron un siete inicial de circunstancias, no le perdieron la cara al partido a pesar de la superioridad que se le presumía al conjunto navarro. De hecho el marcador fue favorable al cuadro pamplonica hasta el minuto 22 de la primera mitad, cuando Marcelo desde los siete metros ponía el empate a 11. Moyano detenía el posterior ataque y Bustos, en su enésima juventud llevaba el 12 a 11 al marcador.

Y aunque las alegrías duran muy poco en la casa del pobre, el empate a 12 anotado por Mendigía, no sacó del encuentro al cuadro antequerano, que alcanzó el descanso con un gol de ventaja (15-14).

La segunda parte será recordada en Antequera como otra gran tarde de pundonor. De esfuerzo hasta la extenuación. Para mostrar a los más jóvenes que con voluntad y ganas se pueden superar muchas adversidades. A la experiencia de los más veteranos se sumó el desparpajo de Alejandro Marcelo. Y el acierto de otro jovencito, Francis Morales. Soto, muy seguro desde el extremo también sumaba, mientras Espigol, Bustos y Óscar Río sacaban lo mejor de cada uno para poner una renta increíble (24-18).

El intercambio de goles benefició al equipo de Ortiz, que no perdía el control del choque y veía como el paso de los minutos le era favorable. Y el partido se fue muriendo. Y la afición se fue animando. Los "oles" animaron el movimiento de balón en los últimos segundos de partido. Dos puntos y el equipo sale de descenso, a la espera de que el Huesca juegue su encuentro pendiente ante el Cuatro Rayas Valladolid. Algo inesperado antes del partido.

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