Boxeo

El boxeo como terapia

  • El Club Boxeo Málaga busca apoyar a través del deporte a personas en riesgo de exclusión social

  • Tiene un programa para mujeres víctimas de la violencia de género

Daniel Ríos junto a uno de los más pequeños del club.

Daniel Ríos junto a uno de los más pequeños del club. / Javier Albiñana

Existen deportes con etiquetas impuestas a lo largo del tiempo, que se convierten en difíciles de eliminar. El boxeo es una de las modalidades deportivas que cuenta con ellas. Tradicionalmente se le asocia a la figura del hombre y un prototipo de deportista muy específico. Poco a poco se busca eliminar barreras y escalar techos de cristales, algo que se está haciendo en el Club Boxeo Málaga. Un club en el que el amor al cuadrilátero se convierte en el punto de unión para personas con las más diversas vidas. Desde abogados, anestesistas, periodistas hasta personas sin recursos y que ven el boxeo la posibilidad de alejarse de la calle. Todo ello bajo el guante de Daniel Ríos, que es el alma máter de este club.

Las instalaciones del Club Boxeo Málaga son de lo más modestas, un pequeño local que antes se utilizaba a modo de iglesia se ha transformado con mucho ingenio y esfuerzo en un centro de entrenamiento deportivo. En el club se las apañan de la mejor manera que pueden, todos aportan lo que pueden y cualquier ayuda es bien recibida. “Todo lo que tenemos lo he ido haciendo poco a poco. La fontanería, la electricidad; que tenemos lo que podemos, el ring... Poco a poco he ido construyéndolo gracias a la ayuda de los socios. Los miembros que por su complicada situación no pueden pagar, jamás vamos a obligarles a hacerlo. Si no tienen para comer, no voy a ser yo quien se lo quite para que puedan boxear”, explica a Málaga Hoy Daniel Ríos, o como todos le conocen simplemente Ríos.

Distintas generaciones en el gimnasio. Distintas generaciones en el gimnasio.

Distintas generaciones en el gimnasio. / Javier Albiñana

El entrenamiento se hace con los medios que se puede, cada uno va a aportando su granito de arena para que el club; que todavía no recibe ningún tipo de subvención, pueda salir adelante. “Nuestro objetivo no es sólo llevar a los chavales mayores de edad, también la escuela de boxeo infantil. Se ha empezado a dar clases de ritmo de fusión, tenemos la incorporación de muchos niños y la respuesta está siendo muy buena. A nivel de ayudas institucionales estamos más pobres, aunque hemos llamado a muchas puertas”, relata Charly de la Cruz, que compagina su trabajo como anestesista con su pasión por el boxeo; que comparte con su mujer y con su hija de tan sólo seis años.

En el Club Boxeo Málaga son conscientes que cuando la vida se complica, el deporte puede ser la mejor válvula de escape y la fórmula vencer los problemas. “Yo se perfectamente lo malo que trae la calle, por eso busco que los niños que acuden al club se alejen de eso y ayudarles a encauzar sus vidas. Algunos de los que vienen habían abandonado los estudios y tenían problemas legales, pero ahora han vuelto a estudiar y son personas diferentes”, confiesa Ríos lleno de orgullo al hablar de sus pupilos. Un centro en el que el compromiso contra la violencia de género es total y se brinda la oportunidad a las víctimas de refugiarse en el boxeo. “Tenemos un programa integral para que las mujeres víctimas de violencia de género, para que lo vean como una forma de adentrarse en el deporte. Además, tenemos un gabinete psicológico para que siempre cuenten con apoyo. Es un proyecto de integración social”, expone Charly de la Cruz.

Una de las mujeres que está en el Club Boxeo Málaga. Una de las mujeres que está en el Club Boxeo Málaga.

Una de las mujeres que está en el Club Boxeo Málaga. / Javier Albiñana

En el Club Boxeo Málaga tienen una premisa tal y como explica Ríos: “Aquí lo importante son las personas, da igual si eres hombre, mujer o del país que seas. No nos importa nada más allá de la persona”. Una de las usuarias que se animó a probar el oxeo y terminó quedando cautivada por el proyecto es Leticia, periodista de profesión. “Empecé en agosto, ya que hacía tiempo que quería empezar a practicar un deporte. Ríos me contó el proyecto y no me lo pensé para involucrarme. Ahora llevo las redes sociales y la página web”, relata sobre su primera toma de contacto. Finaliza recomendado este deporte: “Vine para curar una situación personal y me ha valido física, pero sobre todo psicológicamente”.

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