La magnífica trayectoria del Unicaja esta temporada, algo empañada con las últimas derrotas, puede tener varios peros. El Más destacado ha florecido durante el último mes y medio de competición. De los últimos ocho encuentros disputados, el cuadro cajista ha encajado cinco derrotas. Una cifra alarmante, pese a haberse enfrentado a CSKA en el Carpena y Maccabi en el Nokia Arena, y que tiene una explicación estadística tan sencilla como algo preocupante, pues la continuidad en el mismo error lo ha convertido en una dinámica peligrosa.

Los últimos diez minutos de cada uno de esos partidos han sido desastrosos para los cajistas. En los ocho encuentros que han disputado desde aquel golpetazo en la mesa que dieron en La Fonteta, los de Plaza han perdido seis de los ocho últimos cuartos, anotando una media de 17 puntos en ellos, pero recibiendo 23. Unas cifras que marcan perfectamente lo que ha venido ocurriendo en los últimos encuentros y que tanto ha mosqueado a Plaza, como se evidenció en su rueda de prensa del domingo.

El conjunto cajista ha llegado ganando a los diez minutos finales de partido en los ocho encuentros que ha disputado desde Valencia (Alba, Fuenlabrada, Limoges, UCAM, CSKA, Sevilla, Maccabi y CAI). Algunos con rentas que no deberían haber supuesto ningún problema a la hora de asegurar el triunfo. De ellos, sólo se ganaron en dos ocasiones ese último cuarto, en Murcia y ante Sevilla, y tres el partido. El resto evidenció un bajón brutal en la anotación y en la defensa, llegando a encajar hasta en seis ocasiones más de 21 puntos, algo inusual en los de Plaza, que por contra sólo superaron los 20 puntos en dos encuentros (Murcia y Sevilla curiosamente).

Pese a contar con todo a favor, la relajación de los jugadores en estos minutos clave, la incapacidad del técnico de frenar la sangría o el factor X aún desconocido han privado al equipo de permanecer líderes en solitario en la ACB y de haber alcanzado el Top 16 en una mejor posición, lo que le habría encuadrado, probablemente, en un grupo teóricamente más asequible a la hora de intentar el asalto al Top 8. Un problema que se ha convertido en dinámica y que ha deslucido mucho el buen hacer del equipo hasta la fecha.