Ciclismo l Vuelta a España

Greipel gobierna la locura

  • El ciclista del Columbia se impone en Lieja, en una etapa marcada por la lluvia y las caídas · Una montonera a 3 kilómetros de la meta no hizo variar la general

Andre Greipel, del Columbia, se apuntó la etapa más larga de la Vuelta a España, la clásica de la presente edición disputada entre Venlo y Lieja a través de 225 kilómetros y que tuvo un final accidentado, con una caída masiva que no alteró la clasificación general, ya que el suizo Fabian Cancellara, uno de los involucrados, retuvo el maillot oro.

Greipel aportó otra victoria al Columbia. Fue el más rápido entre los 4 supervivientes de la masiva caída que se produjo a 3 kilómetros de meta, por delante de Wouter Weylandt (Quick Step) y de Bert Grabsch, también del Columbia.

El hecho de haberse producido el accidente a menos de tres kilómetros de la llegada permitió que no se contabilizara el tiempo de retraso de los accidentados. "Menos mal", decían con alivio los españoles Samuel Sánchez y Alejandro Valverde, que fue uno de los que se cayó, pero tuvo fortuna.

Cancellara aguantó el maillot oro un día más y los favoritos mantuvieron las posiciones. El campeón olímpico de contrarreloj lleva camino de aguantar de líder la primera semana de carrera, tal y como hizo en el pasado Tour.

Una etapa maratoniana, la más larga de la presente edición, de genuino sabor a ciclismo clásico. El Andalucía-Cajasur siempre se apunta a las expediciones hacia la gloria. En la víspera se pegó la paliza Jesús Rosendo y ayer le tocó al otro carmonense, Javier Ramírez Abeja. Con Abeja se marcharon Lars Boom, del Rabobank, Dominik Roels (Milram) y el uzbeko Sergey Lagutin, del Vacansoleil. El cuarteto abrió diferencias abismales, cercanas al cuarto de hora, en perfecto entendimiento bajo la lluvia y el viento, ante el desdén de un pelotón que rodaba como si no tuviera prisa.

El doble paso por el Cauberg, la pequeña cota que adorna la prueba cervecera de la Amstel Gold Race, se lo adjudicó Boom, que además del maillot de la montaña se llevó la ovación de la numerosa afición local, entusiasta también bajo la lluvia. El paquete cruzó este punto a 9 minutos de la cabeza.

La cabalgada se diluyó como un azucarillo a 32 kilómetros de Lieja, la primera ciudad que puede presumir de haber recibido en sus calles finales de etapa de Tour, Giro y Vuelta. Antes del reagrupamiento general y de la efímera resistencia de Abeja y Roels, los últimos en claudicar, hubo caídas, alguna de ellas espeluznantes, como la del danés Jacob Fuglsang (Saxo Bank), que se empotró contra la parte trasera de un camión aparcado en el arcén, sin consecuencias reseñables.

Mucha precaución, incluso miedo, por las estrechas carreteras belgas. Nadie apostó por el riesgo la víspera de la jornada de descanso. El asfalto parecía impregnado de aceite a juzgar por las constantes caídas.

El peligro se materializó de nuevo a 3 kilómetros de meta, donde se produjo una descomunal montonera que afectó a la mitad del pelotón. Sólo 7 corredores se salvaron de la quema, y de ellos cuatro fueron los encargados de disputar el reducido sprint, con mayoría aplastante del Columbia, que solo tuvo que lanzar a Greipel para que el germano alzara los brazos en ganador. Por detrás, el amasijo de bicicletas se iba deshaciendo. Heridas, golpes y todo el mundo lamentando la "locura de etapa".

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