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El Pistolero, a rematar su legado en la mítica cima

  • Alberto Contador quiere cerrar una brillante carrera con lo que sería su segundo triunfo en el Angliru

Alberto Contador quiere rematar el legado que dejará tras su retirada como ciclista profesional con una nueva gesta en uno de sus iconos, sus lugares fetiche, el Angliru, uno de los tantos nombres que tendrá anotados como especiales en una de la mejores carreras de la historia.

Estar a la altura de su leyenda y tener una despedida acorde a ella ha sido su preocupación, casi su obsesión en esta Vuelta. Y ya lo ha conseguido atacando un día sí y otro también allá donde veía una mínima opción de alterar a sus rivales, de conseguir una ventaja o, simplemente, de hacer disfrutar a una afición que le está correspondiendo como merece.

Pero, a sólo horas de su caducidad como deportista de élite, el de Pinto, con 35 años, quiere más. Y hoy tiene ante sí uno de esos escenarios que tanto disfruta. Una etapa con puertos de entidad, que permite tirar de estrategia, y un final en alto con rampas infernales para acabar.

Esas cuestas verticales e interminables, en las que sólo se divisa asfalto -y el cielo para quienes osen levantar la mirada hacia adelante, retorciéndose sobre la bicicleta-, fueron testigos en 2008 de uno de sus momentos mágicos. Lo fue también del ciclismo español, con el Bala Valverde casi a su altura y Purito Rodríguez un poco por detrás.

Dentro de unos días, unos meses o unos años, cuando le dé por repasar su prolífica carrera de 16 años -de 2002 a 2017-, Alberto se acordará de su irrupción de Plateau de Baille en 2007, midiéndose a latigazos con Rasmussen; de Arcalis, Verbier y Annecy en 2009, aguantando los envites de Schleck y la amenaza de un retornado Armstrong, más enemigo que compañero aún en el mismo equipo; o batiendo contra el crono a los mismísimos Cancellara y Tony Martin.

Eso en el Tour. También le vendrá a la memoria el Etna en el Giro de 2011, aunque no le sirvió debido a su posterior sanción por el positivo por clembuterol en 2010, algo que le ha manchado la carrera sin llegar a arruinársela. Como no lo hizo una Operación Puerto que le rozó.

Cuando Contador se acuerde de la Vuelta lo hará de Fuentes de Invierno en 2008 y más aún de Fuente Dé en 2012. De una de las más recordadas exhibiciones de "cabeza, corazón y piernas" que han adornado su estancia en la élite. Pero de la Vuelta se quedará sobre todo con el Angliru, escenario único del que lo que falta por saber es si lo hará una o dos veces.

Como sea la segunda volverá a sonar a todo volumen aquel tema en su honor: "Yo quiero ser como tú, quiero ponerme el maillot, quiero ser Contador para ganar este Tour". Y la afición bien podría responderle lo que le escribieron sus vecinos de Pinto: "No somos uno, no somos dos, somos el pueblo de un campeón, Alberto Contador". Sería todo un remate en el legado del Pistolero de Pinto.

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