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Sones de reconquista

  • Continuidad El Málaga quiere que el empate en Zaragoza sea el primer escalón hacia la mejora que saque al equipo del descenso Refuerzos Duda y Xavi Torres están casi a punto, no así Iban Cuadrado

Málaga y Valencia abren el álbum de fotos cuando juegan en La Rosaleda. A los levantinos les recuerda la campaña 01/02, cuando ganaron en Martiricos una Liga 31 años después. Se vuelven a ver vestidos de naranja marcando dos tantos y no olvidan que faltaba una grada del estadio. Por aquí, sobre todo a medida que avanzan las temporadas y los chés siguen saqueando la casa blanquiazul, las reminiscencias traen a Dely flotando en el aire, con esa elegante chilena que fue el primero de tres goles suyos. Aquel 12 de mayo de 2001 Málaga disfrutaba del fútbol con victorias y buen juego. Fue inolvidable.

Volvió a ocurrir en Zaragoza, días atrás, que aficionados del equipo contrario vieran al panameño y se preguntasen por qué no sigue jugando. Su físico contradice a su DNI, como cuando lo fichó el Málaga. Su instinto depredador va hoy cosido a todos sus consejos como segundo de Muñiz. Más en estos días de falta de gol y mala racha liguera. Los que han crecido al abrigo del gran Julio Dely lo miran y suspiran por que pueda insuflar su espíritu a esta plantilla machacada por la falta de estímulos positivos.

Pero pasa que las plegarias a la Virgen del Pilar surtieron efecto el miércoles. El equipo que le empató al Zaragoza en Copa del Rey no fue el colista. Bueno, sí lo era, pero no lo pareció. La plantilla se ha grabado en la piel esas maneras para aplicarlo también en Liga.

Muñiz respondió a la tormenta con un golpe de timón. Empleó un valiente 1-3-4-3 y el recurso fue como el antídoto ante un veneno mortal. De pronto las carencias defensivas y ofensivas dejaron de serlo y, de un plumazo, el Málaga perdió todos sus complejos. Está por ver si lo retomará ante Unai Emery, conocido estratega que, para colmo, maneja una de las delanteras más endiabladas de la Liga: Villa, Mata, Silva y Pablo Hernández. Por el riesgo y por jugar al gato y al ratón con su homólogo, ha cerrado filas en torno a si dará continuidad a la cura de La Romareda.

La intuición lleva a pensar que quiere repetir, pues ayer ganó un día más para hacer la convocatoria. En contra de la costumbre, congeló su decisión hasta hoy, y así le dio 24 horas más al sóleo de Duda y el tobillo de Xavi Torres. Si ellos están bien (los médicos son más optimistas que pesimistas), irán de cabeza al once, el luso para hacer de carrilero, el alicantino para bailar junto a Apoño en el doble pivote.

Sólo dos partidos ha tardado el canterano en confirmar que uno de los grandes males de este equipo era echarle de menos. Muñiz aún no se fía de su cuádriceps, pero él quiere seguir comiéndose el mundo. No por ratificar a los chés que este verano querían ficharle, sino para que al vestuario le deje de escocer verse en el último puesto. Los blanquiazules se han propuesto hoy comenzar con su reconquista. Da igual quién esté delante.

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