Euroliga

Williams provoca el éxtasis (66-60)

  • El genio americano vuelve a salir y lidera la victoria ante el Panathinaikos, al que se le gana el 'average' particular por un punto. El base metió los nueve últimos puntos del partido en un final inolvidable.

Marcus Williams. Las dos primeras palabras de la crónica son suyas, se las ganó con una exhibición para los anales, como pocas se han visto en el Carpena. Su último cuarto es caviar, canela fina. Williams no deja indiferente. No defiende, es inconstante, no es un base, se le pueden buscar las cosquillas. Es imperfecto, por eso está en Málaga y no en la NBA. Pero pocos jugadores con este talento han vestido jamás la camiseta verde. Sobran dedos de las manos. Lo que hizo ayer fue poner boca abajo a un pabellón necesitado de alegrías. 4.000 fieles contemplaron algo que sólo pasa de tarde en tarde. Aunque con Williams con mayor frecuencia de la habitual, la temporada está jalonada de sus canastas decisivas.

Marcus Williams remató un buen partido coral de todo el Unicaja, capaz de dejar en siete puntos en el último cuarto a todo un Panathinaikos. Ahí estuvo un colosal partido de Fran Vázquez y Zoric, una gran defensa combinada de Vidal y Urtasun sobre Diamantidis. Pero el brillo de Williams resplandece y atrae el foco para él. Metió 22 puntos, 15 de ellos en el último cuarto, los nueve últimos del encuentro. Perdía el Unicaja 57-60 y ganó 66-60 al gran Panathinaikos, algo venido a menos, pero con seis coronas de campeón serigrafiadas en su camiseta. Williams firmó una secuencia inenarrable de tres triples en el último minuto y medio. De todas las hechuras. Cayéndose, desde la diagonal, desde la frontal, con varios defensores diferentes. Williams generó el delirio en el Carpena, que reventó como pocas veces. Entre medias, soberbias defensas, un tapón de Zoric a Gist que prácticamente sacó la bola del aro.

La victoria tiene una letra pequeña fundamental. Se le ganó por un punto el average al Panathinaikos, que en la ida había vencido por cinco puntos (78-73). Un triunfo que casi vale doble porque deja el cuarto puesto ahora mismo a un triunfo y con la ventaja de que en caso de empate se quedaría por encima de los griegos. Totalmente vivo el Unicaja en este Top 16 cuando quedan cuatro jornadas para su final, aunque con un calendario dificilísimo.

Al Unicaja, no obstante, le costó engancharse al encuentro. Comenzó acusando sus clásicos problemas de circulación de balón. Los ochos puntos raquíticos que se anotaron en el primer cuarto vinieron de los pívots. Dos de Zoric y seis de Fran. Pero ninguno de canastas fáciles. Rebote de ataque, un movimiento cercano al aro de Fran y un par de tiros desde cinco metros. La producción ofensiva exterior no llegaba, no se generaban tiros sencillos y el Unicaja lo pagaba (8-16 tras 10 minutos). No obstante, el Panathinaikos tampoco veía aro con sencillez. Y en ese tipo de encuentro no se maneja mal el equipo de Repesa, que estrechó el marcador (20-23) después de que dejara en siete puntos durante seis minutos a los griegos.

Por dentro, el dúo Lasme-Gist hacía daño en las dos canastas. Gist, otra vez hipermotivado e histriónico, combatía entre los pitos del Carpena con un Fran Vázquez que tiraba del Unicaja al alimón con Williams. Sólo cinco hombres del equipo malagueño habían anotado al descanso (uno más al final), síntoma de los escasos 26 puntos que había metido tras 20 minutos (26-35 al descanso). Repesa redujo la rotación a nueve jugadores, sin Lima ni Dragic.

Tras el paso por el vestuario compareció otro Unicaja por el parqué, con varias revoluciones más defensivas, más intensidad. Si en la primera parte Vidal había comenzado sobre Diamantidis, esta vez le tocaba el turno a Urtasun. Un parcial de 9-0 con el equipo de Repesa al galope tras varias buenas defensas dejaba el marcador más estrecho (35-38) para pelear el encuentro, pero la cabina de control Ukic-Diamantidis, los tiros puntuales de Maciulis y el poderío del trío Gist-Lasme-Schorsanitis lo ponía complicado, el PAO marcaba las reglas y tras una canasta de Big Sofo, la diferencia al final del tercer cuarto era la misma (44-53) que al descanso.

Entonces emergió el factor diferencial del Unicaja, Marcus Williams, que se generó un triple, una antideportiva, un tiro de seis metros y una asistencia a Fran para meter definitivamente al equipo en el encuentro (52-53), con la energía defensiva a buenos niveles, por más que Maciulis siguiera martilleando. Diamantidis extendió (52-58), pero Zoric estrechó (57-60). Y, con una defensa enorme como base, la aparición celestial de Williams, con tres triples y una victoria que vale doble. O triple. Triunfo, average y un Carpena en éxtasis.     

Ficha Técnica:

Unicaja: Simon (9), Vidal (-), Calloway (5), Fran Vázquez (13) y Zoric (14) -cinco inicial; Williams (22), Panko (-), Urtasun (3) y Perovic (-).  

Panathinaikos: Maciulis (15), Ukic (14), Lasme (6), Diamantidis (8) y Gist (7) --cinco inicial; Bramos (-), Tsartsaris (2), Schortsanitis (6), Banks (2), Xanthopoulos (-) y Giannopoulos (-).    

Parciales: 8-16, 18-19, 18-18 y 22-7.

Árbitros: Rocha (POR), Lottermoser (ALE) y Viator (FRA). Sin eliminados. 

Pabellón: Martín Carpena. 4.000 espectadores.

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