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Una batalla dinástica

  • El duelo entre Boston Celtics (17 títulos) y Los Angeles Lakers (14) preside el inicio de la temporada de la NBA

Los Boston Celtics y Los Angeles Lakers, dos de las grandes dinastías de la NBA, inician hoy una larga carrera por el anillo de campeón, en una temporada en la cual 17 jugadores hispanos (cinco españoles) tratarán de ratificar el talento que les abrió las puertas de la liga de baloncesto más fuerte del mundo.

Rivales tradicionales a través de los años, los Celtics aventajan a sus enconados adversarios por 17 títulos frente a 14, el más reciente el pasado año, cuando los de Boston se impusieron por cuatro victorias a dos en una emotiva contienda. Aunque los Celtics participan en la Conferencia Este y los Lakers en la del Oeste, uno y otro provocarán efervescentes discusiones de los aficionados durante los 82 partidos de la campaña regular y en la postemporada, porque cada plantilla posee suficientes ingredientes para aspirar de nuevo al título en la campaña 2008/2009.

Obviamente, cada franquicia tendrá que dar lo mejor de sí para sortear los obstáculos que a lo largo de varios meses se presentan en una lid de tanta exigencia.

En la Conferencia Este, los Celtics deberán jugar al máximo nivel para evadir fundamentalmente la presión de los Detroit Pistons, los Cleveland Cavaliers y los Orlando Magic, tres escuadras con jugadores de gran valía y ansiosos por saltar hasta lo más alto del torneo. También a los Raptors, con el fichaje de Jermaine O'Neal,

No menos arduo resultará el camino para los Lakers en el Oeste. Los múltiples campeones San Antonio Spurs, los pujantes New Orleans Hornets, los Houston Rockets, con el refuerzo de Ron Artest, los Phoenix Suns y los jovencísimos Blazers serán obstáculos difíciles de evadir.

Desde el punto de vista colectivo, los campeones de Boston se apoyarán en el cerrojo defensivo que tan buenos frutos les ofreció, así como en la experiencia y calidad del Big Three, compuesto por Kevin Garnett, Paul Pierce y Ray Allen. Un elemento adverso será la pérdida de James Posey, quien se convirtió en agente libre y firmó con New Orleans Hornets.

Garnett, de 32 años, es el jugador mejor pagado de la liga con un contrato de más de 24 millones de dólares, superior al de Stephon Marbury y Jermaine O'Neal, ambos alrededor de los 21 millones. Buen anotador y dominante en los rebotes, Garnett será el líder sobre la cancha y el principal sostén que debe abrir el camino hacia la postemporada.

Los Lakers de Phil Jackson tendrán un arma vital en sus aspiraciones: la profundidad de su banquillo. Es una escuadra que posee calidad y hombres de probados rendimientos en todas las posiciones.

A mediados de la campaña pasada recibieron un decisivo aporte con los servicios de Pau Gasol, proveniente de los Memphis Grizzlies, pero al mismo tiempo sufrieron la lesión de un hombre clave como Andrew Bynum. Aunque ha sentido la presión de Lamar Odom, un veterano de diez años en la liga, Jackson decidió que Gasol será el ala-pívot y Bynum el pívot, con lo cual dispondrá de la dupla interior más explosiva de la NBA.

"Gasol es un gran pasador, capaz de colgarme balones al poste bajo", reconoció Bynum. "Y si alguien entra en la zona, nosotros modificaremos su lanzamiento y estaremos preparados para hacerles daño en el otro lado".

Después de siete años con los modestos Grizzlies, el español no esconde su euforia por la fuerza de los Lakers y las posibilidades de conquistar la corona, que el año pasado perdieron en seis choques ante los Boston Celtics.

Kobe Bryant, el MVP de la última temporada regular, podría ser una incógnita. Además de un gran desgaste por una extenuante carrera, no ha logrado librarse de una lesión en una mano que podría alejarlo de las canchas. Su ausencia sería casi fatal para las aspiraciones de los Lakers, que hoy comienzan el baile (3:30 de la madrugada en España) ante los Blazers.

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