Mundial sub 17 femenino

Así es Carla Viegas: una rutina de tiro diaria y una estudiante sobresaliente con más de 50 ofertas de Estados Unidos

Carla Viegas, con España en el Mundial sub 17 de Debrecen.

Carla Viegas, con España en el Mundial sub 17 de Debrecen. / fiba

"Le dije que estoy muy orgulloso de ella, que peleó, lo dio todo, que lo hizo muy bien. Hay que seguir trabajando y seguir luchando para poder vivir muchas experiencias más como esta", fueron las palabras con las que Daniel Viegas consolaba a Carla Viegas Segura (Málaga, 2005), aunque en el fondo estaba muy ilusionado. Reconoce que realizó una participación "muy por encima de lo que esperábamos, acabó jugando 20 minutos por partido, siendo la máxima triplista del campeonato, segunda anotadora de la selección y encima logró el subcampeonato. Son muchas cosas positivas y muy buenas. Sobre todo metió tiros importantes en momentos importantes del partido y atrajo la atención de la defensa contraria. Por eso su participación ha sido muy positiva y para su crecimiento como jugadora ha sido una experiencia muy importante".

Carla Viegas se colgó la medalla de plata del Mundial sub 17 femenino que se disputó en Hungría, aunque triste por no conseguir batir a la todopoderosa Estados Unidos, al igual que le pasase a Álvaro Folgueiras y Rubén Vicente en la final del Mundial sub 17 masculino, la malagueña debe estar orgullosa por su participación. Su padre y ex jugador de EBA, ahora también entrenador de Carla, cuenta cuál fue su último mensaje a la jugadora del CAB Estepona antes de saltar a la gran final: "Simplemente que fuera ella misma, que jugase como sabe, que tuviera confianza si misma, en sus tiros y que jugaran al baloncesto lo mejor que pudieran, que no se fijaran en quien estaba enfrente. Sino que diera lo máximo de si misma y poco más. Ahí poco se puede decir, simplemente es motivar un poco, dar ánimos y estímulos positivos".

La sampedreña destacó a lo largo de la temporada por su acierto desde la línea de 6,75 metros, pero detrás de esa técnica de tiro hay un gran trabajo: "La clave de su alto porcentaje es la repetición, el trabajo, cuidar cada detalle del tiro, desde la colocación de los dedos... en fin, todos los detalles que van en el tiro cuidarlos, corrección en cada lanzamiento cada vez que tira. Yo estoy reboteando y corrigiéndole cada detalle en cada tiro", explica su padre. Mientras reconoce que la gran virtud de Viegas es la "gran confianza que tiene ella en sí misma, tiene una gran confianza en la línea de tres. Es su hábitat natural, su zona de confort. Entonces no tiene ningún miedo a tener que tirar en cualquier situación, aunque sea más lejos de la línea de tres o un final de partido apretado. Ella está cómoda y no tiene miedo, quiere esos balones siempre".

Respecto al número de horas, Daniel no sabría decir cuantas dedica su hija a pulir la técnica: "Muchísimas horas, no sabría decirte una cantidad, pero fácil cinco o seis horas extras a la semana a parte de los entrenamientos colectivos de su equipo". Porque la jugadora del CAB Estepona además de entrenar con su equipo, donde hace el entrenamiento colectivo. "Luego casi a diario tiene una rutina especifica que hace conmigo de tiro. Trabajamos el tiro de diversas maneras, un método que llevamos haciendo muchos años. Es el que yo trabajaba en su día y bueno con ella ha funcionado. Lo hacemos en el pabellón del club", añade Viegas entrenador.

La alero tiene todavía 16 años y es inevitable preguntarse por los estudios, no debe ser sencillo. Así lo confirma el ex jugador de EBA: "Se compagina con mucho sacrificio, porque el baloncesto le come muchas horas. Ella está a pleno rendimiento con el primer equipo, son muchas horas de entrenamiento, muchos viajes, partidos por toda España que implican viajes de 2-3 días a veces. De hecho ha perdido muchos días de clase esta temporada pasada y eso implica tener que ser muy responsable y organizarse muy bien. De momento hasta ahora lo está llevando bien y las notas son inmejorables, saca todo nueve y diez. Entonces la verdad que se lo está currando mucho para llevar adelante las dos cosas". Pero lo más importante para sus padres es el bienestar de su pequeña: "Es una niña alegre, siempre está riendo, contenta, responsable, buena amiga de sus amigas y compañera".

Daniel comenta que Carla no es para nada supersticiosa: "Ella es feliz en una pista de baloncesto, sea el partido que sea o la presión que haya, ella es feliz entonces eso se traduce en que el miedo o la superstición no existe, ella sale a divertirse" y quizás esto se deba a sus inicios con la pelota naranja: "Comenzó a jugar al baloncesto básicamente yendo conmigo a una pista que hay al lado de casa con 8 o 9 añitos. Ahí empezó a hacer sus primeros tiros hasta que al cabo de un tiempo se apuntó al club de baloncesto que había en San Pedro y ahí empezó todo". El esto es historia del baloncesto esteponero.

Acercamiento a la élite

La triplista del CAB Estepona venía de hacer unas muy buenas temporadas en las categorías inferiores del club malagueño. Dejando detallitos de su calidad gracias en gran medida a su trabajo personal. Por eso, un día sonó el teléfono: "En su momento cuando nos dicen desde el club que la quieren subir al primer equipo con solo 13 años... hombre nos asustamos un poco, es nuestra hija pequeña, pequeñita y ahora con mujeres. Un equipo que aunque estaba en Liga Nacional había bastante jugadoras profesionales, americanas. Un equipo potente hecho para ascender y nuestra hija de 13 años ahí. Lógicamente hubo algo de miedo, pero cayó de pie".

"Conectó super bien con las mayores, las mayores con ella siempre muy atentas, preocupándose por ella, cuidándola, enseñándole y corrigiéndole. Con el tiempo ese miedo se fue disipando. Y de pronto ella empezó a jugar, a meter, a tener porcentajes altísimos", recuerda su padre, que reconoce que fue "algo tan natural, pasó de una manera tan normal. No le estamos dando la importancia que realmente tiene, que una niña de 13 años llegue a un senior de Nacional hecho para ascender con jugadoras profesionales y se convierta en la mejor tiradora del equipo, asumiendo además más de 100 tiros en esa primera temporada. La verdad que es eso, no nos sorprende, porque lleva tanto tiempo haciéndolo que lo vemos como algo normal en ella".

Daniel se sorprende de cómo está viviendo su hija el acercamiento a la élite: "Lo está viviendo con mucha naturalidad, para ella todo lo que ocurre está ocurriendo en natural, lleva tres años jugando en liga senior (Nacional, Liga Femenina 2 y Liga Femenina Challenge). Los tres años fue la mejor triplista de la liga, ahora va al mundial y también. Para ella es algo normal y como si estuviera haciendo cualquier otra actividad, no le da la mayor importancia y entonces eso hace que todo fluya con mayor tranquilidad". Es necesario recordar que actualmente Carla sigue teniendo 16 años hasta diciembre y es junior de segundo año, el que viene será su último año en esta categoría antes de pasar a Senior. Sin embargo, con 13 años estaba a punto de ser cadete de primer año. 

El juego de Carla

"Es una niña que lee bastante bien el baloncesto, disciplinada en pista. No hace cosas que no sabe hacer, no hace locuras digamos y no pierde muchos balones, además pasa bastante bien", analiza su padre Daniel. Aunque también hace autocrítica: "Faltan otras cosas por trabajar. Sin duda el físico hay que mejorarlo, trabajar un poco más el manejo, pero bueno poco a poco se va completando. Ya mejoró bastante en su defensa durante este último año, lo que ha hecho que juegue bastante en este Mundial. Poco a poco va siendo más completa y buscaremos que sea lo más completa como jugadora".

Carla Viegas lanza a canasta con España. Carla Viegas lanza a canasta con España.

Carla Viegas lanza a canasta con España. / fiba

Además, el culpable de su alto porcentaje desde la línea de tres reconoce que es una jugadora "fría, en el sentido que no se pone nerviosa, una jugadora que suele estar muy tranquila en pista y quiere el balón para tirar en el momento que tiene un mínimo espacio. Quiere el balón, porque donde se encuentra cómoda es tirando y siempre quiere el balón. Aunque también si ve a compañeras en una posición mejor la busca, no es egoísta. Es bastante fría, no tiene miedo en la pista, no tiene presión, no la nota". Un aspecto que se vio en las semifinales del Mundial contra Francia, cuando Viegas abrió los brazos para solicitar la bola y sin pensárselo elevarse para terminar enchufándola a casi un minuto para finalizar el último cuarto y con el combinado nacional uno abajo.

Llamada de la selección

La selección española llamó por segundo año consecutivo a la puerta de la familia Viegas, Daniel cuenta qué supone para su hija y el trabajo que hay detrás: "Es una ilusión tremenda, una emoción tremenda, porque eso es muy difícil... un país como España, con la calidad que hay y la cantidad de niñas buenas que hay, que te llamen para la selección es un privilegio. Sobre todo muy emocionado y contento."

Y ahora...

Tras colgarse la medalla de plata con la selección española en el Mundial sub 17 femenino es necesario preguntarse, qué le espera ahora a la triplista Carla Viegas. Su padre lo tiene claro: "El futuro inmediato de Carla es quedarse en Estepona, creemos que es lo mejor para ella. Quedarse en casa, hacer segundo de bachillerato y estar en un club importante. Ella va a estar en la dinámica del primer equipo al 100% al igual que el año pasado y entonces creemos que es la mejor opción".

Sin embargo, Daniel no se esconde y reconoce que el teléfono está bastante solicitado en estos últimos meses: "Hubo ofertas, sí las hubo, llamadas de varios clubes y ofertas buenas de clubes con solera en el baloncesto español, pero como familia hemos pensado que lo más inteligente es que se quede en Estepona y termine su bachiller. Luego para la etapa universitaria probablemente vaya a Estados Unidos a estudiar, tenemos casi 50 ofertas de universidades antes del Mundial y durante el Mundial es una locura como han llovido las ofertas de universidades potentes. Ese es el camino que seguirá Carla si todo va bien".

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