La idea primigenia de una plantilla dista, normalmente, un trecho de la realidad. Jugadores que no interesan en un primer momento se convierten en prioridades. Hay muchos factores por medio. Dinero, competencia de otros clubes, cupos. Lo que hoy no vale, mañana sí, y viceversa. Walter Herrmann ejemplifica lo que pasa con el Unicaja, cuyo proyecto de plantilla 2009/10 ha sufrido vuelcos. Es algo normal en el común de los clubes. Con el fichaje de Blanco en el bote, quedan dos fichas por rellenar. Una se ocupará seguro antes del inicio de la temporada. Guillem Rubio es el elegido. La otra baila y el club puede dejar un remanente en forma de dinero y ficha para más adelante si no se presenta una oportunidad buena. Ahí entra en escena Walter Herrmann, sobre el que el Unicaja detenta el derecho de tanteo desde que le hiciera una oferta cualificada en el verano de 2006 antes de que el argentino se marchara a la NBA.

A mediados de julio, el Caja Laboral (nombre heredero del Tau) anunció el fichaje de Herrmann, ante lo que el Unicaja recordó que tenía sus derechos para jugar en la ACB. Desde Vitoria se tomó la pose malagueña como un intento de sacar dinero por la renuncia a esos derechos. Pero, poco a poco, caló la idea en el seno de la cúpula cajista de que el mercado no ofrecía nada mejor en relación calidad/precio que el alero de Venado Tuerto, que ya jugara tres temporadas en Málaga en las que ganó una Copa y una Liga.

La situación sigue en stand by. El Caja Laboral se precipitó al anunciar el fichaje de Herrmann. De hecho, lo ha reconocido implícitamente al retirar la ficha del jugador de su página web. El Unicaja espera que la ACB facilite la oferta que el cuadro vasco le ha presentado al argentino. Querejeta, factótum baskonista, sostiene que su club puede dilatar ese trámite hasta 48 horas antes del inicio de la competición. En esa partida de póker, el agente del jugador, Claudio Villanueva, afirmó en la prensa vitoriana que contactó hace un mes con el Unicaja para ver sus intenciones respecto a Herrmann y la respuesta fue que no interesaba. Ahora sí interesa, según los máximos rectores del Unicaja. Y ahí sigue, enigmático, el caso Herrmann.