Parece que de aquí a final de temporada ya será inevitable mirar los resultados de los rivales del Málaga en la zona baja. Quedan menos puntos y se antoja tan necesario sacar los partidos propios como esperar algún cable en estadios ajenos. Aunque también sucede el efecto contrario: que los adversarios saquen sus partidos adelante y eso sume más presión al objetivo. Ayer, de hecho, fue un claro ejemplo. El Valladolid dio una sorpresa morrocotuda derrotando al Barcelona y poniendo patas arriba la pelea por la permanencia. La afectación para los blanquiazules fue máxima, puesto que se ha acabado el colchón de distancia que había con el antepenúltimo. Tener que jugar en lunes, además, alimenta más aún la incertidumbre.

Prácticamente en ninguna quiniela del descenso entraba que el Valladolid puntuara con el Barcelona, menos aún que lograra la victoria. Pero sucedió. Así que los de Juan Ignacio Martínez sumaron tres puntos extra con los que igualan a 26 puntos con los blanquiazules. A expensas de que el Almería reciba hoy al Sevilla, los tres están igualados, pero el average ordena al Málaga en primera posición y a los rojiblancos en la última y evitara que pueda caer en los puestos de descenso.

En el partido con más ojos de cara la lucha por la permanencia, el Betis se hizo con el triunfo ante un Getafe que hace ya doce jornadas que no sabe lo que es ganar. Los de Luis García se quedan un punto por encima de los de Schuster y, por tanto, en caso de puntuar en El Sadar el Málaga quedaría por encima de ellos en la clasificación. Su desplome le hace cada vez más candidato a caer a la zona roja. El Betis, a pesar de que parece levantar cabeza, aún está a ocho puntos de distancia y con un partido más. La jornada se completó con la derrota del Celta y el triunfo del Granada.

La moraleja de este adelanto de la jornada es la importancia de agarrar una buena dinámica cuanto antes para huir de la quema. La igualdad es tal (hay diez equipos implicados de lleno en la salvación) que un triunfo o una derrota pueden configurar escenarios totalmente antagónicos.

Otro dato que también empieza a tornarse muy interesante a partir de ahora serán los horarios. Jugar antes o después en una horquilla que va desde los viernes a los lunes pondrá a prueba de bombas la capacidad mental de los implicados. Se puede empezar el fin de semana venciendo un viernes y disfrutando de los resultados que convengan luego hasta sufrir esperando al lunes después de haber visto cómo los competidores sacaban adelante sus compromisos.