Además de desgranar sus planes de futuro en caso de tener el control de la entidad, Jamal Satli también se refirió a las relaciones con el jeque. El hecho de que ambos se tengan demandados da idea de que las posturas son irreconciliables tres años y medio después de que entablaran contactos empresariales. El dirigente hotelero no dudó en cargar contra el dueño del club. "Cuando nos llamó el jeque, que el club desapareciera le daba igual. Lo único que quería era que nadie le reclamara los más de 100 millones de euros de deuda que había generado", aseguró sin tapujos.

De hecho, según Satli, ello motivó el paso atrás que dio en el proyecto blanquiazul: "Por eso desapareció durante año y medio, porque temía que le pasara algo a nivel personal en forma de denuncias o reclamaciones. Y mandó a Shatat, que era el apoderado del jeque y tenía los poderes notariales de Al-Thani". Al respecto de ello, redundando en el argumento del jeque de que no tenía conocimiento de que Shatat hubiera emprendido dicho movimiento, puso como ejemplo cómo se fraguó el traspaso del club de Fernando Sanz a Al-Thani. "En su día, Abdullah Ghubn, como apoderado, fue el que firmó la compra venta de las acciones de Fernando Sanz por las que Al-Thani se convirtió en propietario del Málaga. Si lo de Shatat con nosotros no sirve, ¿tampoco tiene validez entonces lo de Ghubn?", compartió el director de BlueBay, quien no rehusó un hipotético escenario de renuncia del cataría a sus acciones: "Si él quiere salirse que ponga precio y estamos con el tema. Él sería el presidente, nosotros no queremos".

Satli Iglesias se reafirmó en que el juzgado les dará finalmente la razón: "Los acuerdos que se firmaron con el jeque se firmaron ante un notario, unos acuerdos que cuando tuvimos la desgraciada actitud del jeque de no reconocer los contratos firmados y que son legales, nos obligó a ir al juzgado para que se cumpliera todo".