fútbol sala primera División

Una nueva realidad

  • El UMA Antequera vuelve a dar el salto a Primera, aunque con la experiencia de la anterior aventura

  • "No queremos ser flor de un día", asegura el alma máter, Moli

La plantilla del UMA Antequera, ayer, en su visita al Ayuntamiento de Antequera.

La plantilla del UMA Antequera, ayer, en su visita al Ayuntamiento de Antequera. / ayuntamiento de antequera

"Todavía no lo he asimilado. En el momento que me despierte creo que va a ser un júbilo tremendo. Una vez perdimos la categoría pensaba que jamás se podría recuperar, jamás. Estoy lleno de felicidad. Dentro de unos días pegaré un grito y diré 'Estamos en Primera'", reconoce un pletórico Manuel Luiggi. Un entrenador que es el alma máter de este UMA Antequera, su gran obra magna, un equipo que puso de nuevo a Málaga en el mapa de la mejor liga del universo.

Conviene retrotraerse varios meses atrás para entender la enésima proeza de Moli. Tras una promoción frustrada un año después de haber dado el paso atrás, la idea era que este equipo joven cogiese kilómetros en el segundo escalón nacional. "No era el objetivo principal, queríamos formar gente que se adaptara a la categoría y el próximo curso subir la exigencia con algunos retoques, pero han salido muy respondones y nos han metido en un aprieto", comenta en tono jocoso el veterano técnico, que analiza una progresión considerable de la plantilla: "Ahora los ves y piensas que esta gente no tiene techo, no puedo menospreciarlos, si lo han conseguido es porque podían. Sí que es cierto que cuando tú los llamas y los traes de un equipo de inferior categoría y se van adaptando... Son inteligentes, asimilan rápido, hay buen ambiente, lo dan todo y la recompensa está al final".

El presupuesto será con alta probabilidad el más bajo, como en su anterior participaciónLa idea es reforzar a la plantilla, aunque la prioridad es fichar a jugadores universitarios

Cada ascenso tiene sus intrahistorias, poniendo la mayoría a prueba la originalidad de cada vestuario. Cuenta el entrenador con ascendencia italiana una de las de este exitoso UMA Antequera. "Una cosa que le dije en el vestuario es que recordaba el anterior ascenso, del que quedan tres jugadores. A mi hijo le digo que le dé a un botón en el ordenador y sale mi equipo entero. Les dije que lo podrían hacer ellos si ascendíamos, que haríamos historia que estaría reflejada para siempre para sus hijos y nietos. Lo masticaron, salieron y ahí está, ya le pueden dar al botoncito", cuenta.

El notable brinco obliga a una retrospección entre los principales brazos ejecutores de la cúpula universitaria en pro de qué teclas activar o desactivar para no hacer el camino inverso. "El salto es muy alto. Es muy profesional, todos los jugadores a los que te enfrentas, el 99%, viven de este deporte, con más o menos dinero. De los que suben siempre baja alguno. O te refuerzas o... Yo siempre digo que 'todo el mundo no sabe vivir en calle Larios y todo el mundo no sabe competir en Primera División'. Debemos estar preparados y mentalizados y nosotros ya tenemos experiencia, que no te garantiza mantenerte, pero sí competirlo y tener los menos errores posibles", asegura Moli, que profundiza en la tarea estival: "De las caídas se aprende, nunca mejor dicho, pero se aprende a saber lo que no tienes que hacer o lo que sí en determinados momentos. No dejarte llevar por sentimientos porque son los tuyos, pero detrás hay muchos que no quieren perder la categoría. Hay que ser fríos, hay que pensar y saber que Málaga, Antequera y el fútbol sala malagueño necesita que el equipo esté en la mejor liga del mundo para disfrutarlo en directo".

Ello no es óbice para que en el UMA Antequera la prioridad sea darle continuidad al grueso del plantel ascensor. "Tenemos que hacer algo, pero me gustaría quedarme con la plantilla. La realidad es que la exigencia de la categoría te piden otros números. No digo que ellos no puedan hacerlos, pero hay que reforzar sí o sí. No podemos ser flor de un día ni morir en la orilla. Después de lo que hemos visto y de todo el trabajo no podemos jugar para descender, no merece la pena. La experiencia la tengo de la vez que descendimos, que los detalles nos marcaron y nos hundieron", explica el preparador, con más de un cuarto de siglo de trayectoria en el banquillo universitario.

Lo más cristalino cinco días después de la alegría son las líneas maestras en el proceso de búsqueda. "La exigencia en principio tiene que ser universitaria, otra cosa es que podamos convencer y podamos traer otra cosa para ayudarnos. La idiosincrasia de la Universidad son universitarios. Es más complicado y tienes más limitaciones, pero tienes que ir por ahí. De todas formas, haré una lista con universitarios y gente que ya tiene su carrera", reconoce el entrenador.

El UMA Antequera repite guión con respecto a su última aventura en Primera, partiendo desde la última línea de parrilla en el aspecto económico. Salvo el Barcelona, ElPozo y el Inter Movistar -con presupuestos muy superiores a la media-, el resto no supera el millón. A la cola partirán los malagueños, que ya en Segunda estuvieron en el vagón de atrás. Establece Moli una comparación con la punta de lanza del fútbol sala español en la actualidad. "Creo que al Jaén la Diputación le da 400.000 o 500.000 euros, que ya los quisiera yo. Con eso aquí podemos hacer milagros para competir, pero eso está muy lejos", atestigua. Un hándicap para un equipo acostumbrado a saltar vallas con la ambición por bandera. Se ganaron en el parqué estar con la élite, un honor que quieren retener. Al frente estará Manuel Luiggi, santo y seña de este UMA Antequera.

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