Las palabras fluían del interior de Juan Ramón Muñiz envueltas en una suerte de mezcla de amargura, incredulidad y esperanza. "De los nueve partidos, por lo menos en seis nos ha faltado gol. Pero el gol llegará, todo llega".

Esa fe inquebrantable que conduce su ideario le trajo a Málaga. La claridad es uno de sus principales baluartes y, consciente de que la situación de la entidad Martiricos (por ende también la suya) es cada vez más delicada, se mantiene fiel a su hoja de ruta: "Esto es fútbol. Tengo la misma confianza que el día que llegué y sigo creyendo en los mismos objetivos. Todo va con normalidad, sólo nos faltan puntos", argumentó el asturiano. El vestuario está con el técnico y le alivia la carga de los resultados. Luque, en respuesta a un periodista que le preguntada: ¿A muerte con el míster?, exponía la voluntad de la plantilla: "Sí. No queda otra, mientras esté el míster hay que apoyarlo hasta el final. Además, en las ocasiones que hemos fallado él poco puede hacer".

Muñiz no quiere excusas (ni árbitros, ni mala suerte) y sabe que la crisis en el casillero de puntos oculta el trabajo del equipo. "El equipo puede y va a ganar partidos, el buen trabajo es indiscutible. Lo que pasa es que estamos en una situación de necesidad de puntos que hay que corregir pronto, porque los partidos pasan y no vuelven. Pero al equipo no se le puede reprochar nada, las sensaciones son buenas. Con este trabajo los resultados tienen que llegar, si no llegan el fútbol sería muy injusto con nosotros", dijo el gijonés, que no quiso valorar el penalti reclamado en la primera mitad: "No sé si fue falta o no, pero sería injusto dedicar minutos a hablar del árbitro, eso sería buscar excusas y bastante trabajo tenemos nosotros como para fijarnos en los demás".

En el refranero popular hay un dicho que reza A perro flaco, todo se le vuelven pulgas, y parece que al Málaga le ocurre algo por el estilo. Azotado por las lesiones desde el comienzo del campeonato, ayer cayó Juanito y, en menor medida, Munúa: "Hay una serie de circunstancias y lesiones que nos están impidiendo conseguir una base de trabajo estable". El técnico albiceleste confía en que lo del malagueño no revista gravedad y se resigna con las dolencias del uruguayo: "En el descanso Juanito ya tenía molestias. Munúa lleva días con dolor", confesó.

La moral del Málaga parece sólida y desde fuera Unay Emery rompe una lanza en su favor: "A este Málaga y a este entrenador hay que darle confianza".