Una promesa de presente

No será la última vez que En-Nesyri aparezca en el centro del foco. Lo consiguió varias veces este verano. También con el juvenil. Y en el filial. Pero el martes, con más fuerza que nunca. Porque el día de su debut en La Rosaleda puso el estadio patas arriba. Con un golazo de bandera que certificó la remontada y alfombró el primer triunfo del curso. No fue una anécdota más, sino una consecuencia de algo más de 20 minutos prácticamente inmaculados. Su progresión es meteórica y ya plantea el debate de si respetar la evolución normal de cualquier joven de 19 años o no poner bridas a su desbordante talento. No deja de ser una promesa, aunque el marroquí ya ha demostrado que además de futuro, tiene presente.

Juande Ramos ya se apresuró tras el partido a frenar la euforia en torno al joven futbolista. "Tiene que ir poco a poco, no hay que precipitarse con él", aseguró el manchego en la rueda de prensa posterior al triunfo. Pero sus propios hechos confirman que ni él puede rendirse a sus condiciones. Ha jugado en las tres ocasiones en que lo ha convocado y ha tirado de él cuando el partido precisaba gol. Visto de otro modo: Juande siente más confianza en lo que pueda hacer con sus 19 años que en Michael Santos, por el que el club desembolsó algo más de cuatro millones.

La postura oficial en el club también es de prudencia, aunque en entornos reducidos son continuas las alabanzas al futbolista. Los dirigentes saben que tienen entre manos el proyecto de un gran jugador y que puede dar muchas tardes de alegría. Quien más lo disfruta, por inevitables cuestiones de afinidad, es el consejero consultivo Abdallah Ben Barek, prácticamente el padrino de En-Nesyri desde que llegó a la ciudad. El martes por la noche se llevó una alegría tremenda con su golazo; ayer ya le recordó lo de siempre: "Tienes que seguir trabajando como si no hubieras hecho nada".

Por ello, el club evita la sobrexposición mediática. Saben que no pueden evitar la euforia generada por su fútbol ni la atención mediática, pero intentan que su ingreso en el circo futbolístico sea más gradual. Escudados en que todavía no domina bien el idioma, no ofrecen la posibilidad de hablar con él. Al menos, ayer el Málaga facilitó sus sensaciones del partido al ser elegido MVP del choque, como hace en todas las jornadas. "Me entraron ganas de llorar después de meter el gol. Salió todo muy bien gracias a Dios. Quería marcar este gol en La Rosaleda, delante de los aficionados del Málaga. Se lo dedico a todos ellos, a mi familia y a todos los marroquíes. Ojalá vayamos a más, es lo que pretendemos. Ojalá consigamos más triunfos y avancemos para llegar más lejos aún. Gracias a Dios, fue nuestro primer triunfo esta temporada y yo quería ser partícipe marcando el gol de la victoria. Nos espera el Betis ahora en Sevilla y vamos a intentar ganar este partido también, si Dios quiere", fue su valoración.

Youssef En-Nesyri es un tipo muy retraído cuando se le acerca alguien que no es habitual en su día a día. Sin embargo, sus compañeros en los entrenamientos destacan el hambre de crecimiento que tiene y que no entiende de edades ni galones cuando se trata de luchar por el balón en el campo. Es por ello que en el vestuario existe el convencimiento de que antes o después será un jugador de élite, más allá de que sus apariciones en el primer equipo sean progresivas o contenidas esta temporada.

Ya hay quien reclama su titularidad en el Benito Villamarín mañana. Conociendo a Juande Ramos, difícilmente se dé, aunque huelga afirmar que tendrá continuidad en la convocatoria. También hay quien pone sobre la mesa los precoces talentos de Popo y Fabrice, que igualmente debutaron marcando pero luego fueron engullidos por la dificultad de mantenerse en la élite. Las condiciones físicas, técnicas y mentales del internacional marroquí le colocan en otro carril diferente, aunque debe ir reafirmando sus pasos día a día. Lo que nadie puede arrebatarle ya es la gloria de un 20 de septiembre de 2016, seguramente el primero de muchos goles en Primera División.