Resultado y crónica del Alejandro Davidovich-Albert Ramos

Davidovich y una bala de oro al aire

  • El malagueño pierde con Albert Ramos en las semifinales del Open de Estoril (6-1, 6-4)

Davidovich, en un saque en un instante del partido.

Davidovich, en un saque en un instante del partido. / open estoril

Bala al aire de Alejandro Davidovich en las semifinales del Open de Estoril. Perdió el malagueño de manera rotunda frente a Albert Ramos (6-1, 6-4), en un duelo generacional del tenis español. Había más en juego que el pase a la final, que hubiera sido la primera del de La Cala del Moral en el universo ATP, y es que hay una batalla de trasfondo por ser la cuarta mejor raqueta nacional. Un trofeo que da el billete a los Juegos Olímpicos de Tokio y que, de momento, sostiene el barcelonés tras una sólida actuación en tierras lusas.

Empezó el duelo movido, a la altura de lo que se esperaba que fuera. Rompió Davidovich el primer saque de su rival, lo que atisbaba una buena tarde para el pupilo de Jorge Aguirre. Pero no mantuvo su servicio y perdió la brecha que tenía. Pero siguió. Tuvo dos bolas de break en el siguiente saque de Ramos, pero se fueron al limbo. Desde ahí el catalán dio una exhibición sobre el polvo de arcilla hasta el 6-1. Seis juegos consecutivos para amarrar el primer set en 29 minutos.

No se encontraba el joven, que mentalmente estaba fuera. Se le veía desesperado y se perdía en errores no forzados. No le funcionaban ni sus clásicas dejadas, que penalizaba un Albert Ramos fresco de piernas y muy concentrado. Había un dato elocuente de lo que era el partido. Davidovich, al que le rompieron todos sus saques en la primera manga, ganó tres puntos cuando sirvió.

Había mucho margen de mejora para el malagueño, que ganaba su primer saque en el inicio del segundo. Había habido una pausa grande porque Davidovich estuvo en el cuarto de baño. Luego reconoció su rival que le desconcentró. Y fue gasolina para el joven. Se llegó a poner 4-1, dominando los puntos como le gusta. No estaba suelto, pero encadenaba varios de sus golpes y se sentía mejor en pista. Y el marcador iba a su favor. Pero se diluyó de repente. Emergió de nuevo esa versión arrolladora de Albert Ramos, que metía muchísima bola, para ganar cinco juegos seguidos. Del 1-4 al 6-4. Con Davidovich si ni siquiera opción de competir y con muy malas sensaciones. Llegó a romper una raqueta, consciente de la bala de oro que había malogrado.

Ahora le llega un reto importante al malagueño, que continuará con su temporada en tierra batida en el Mutua Open de Madrid. Está directamente en el cuadro y en las próximas horas se conocerá su rival. Llega en buen momento pese a todo, después de jugar sus terceras semifinales. En la capital tiene opción de llenar el granero de puntos para esa batalla secundaria.

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