Duda había quedado en un segundo plano tras su sanción ante el Celta. Sin opción a entrevista con él y alejado de la sala de prensa, ayer los primeros actos del 110º aniversario le pusieron fin ante los micrófonos. Si en condiciones normales no se suele cortar, ayer no iba a ser menos. El luso se despachó a gusto acerca de los cuatro encuentros sin jugar que tendrá que purgar. "Mi sanción es de cachondeo. Una broma de la gente de arriba. Insisto, es un cachondeo. Pero hay que cumplir el castigo y ya está", afirmó varias veces visiblemente enojado.

Y es que, en opinión de Duda, el criterio aplicado para castigar su acción ante Rafinha no sigue un patrón similar al resto de acciones parecidas que se vienen produciendo en la Liga española en las últimas fechas. "Desde que me expulsaron, he visto entradas durísimas, agresiones, les cae sólo un partido y yo sigo siendo el más sancionado", especificó el zurdo de Oporto, que lleva un par de semanas mascando hiel y lo que le queda: "Sigo enfadado desde entonces por todo, dejé al equipo con 10, venía jugando y ayudando al equipo. Llega en un momento muy inoportuno. Pero hay que seguir luchando. Ojalá que pasen rápido los partidos de sanción y pueda estar con el grupo para seguir luchando".

El único consuelo para el capitán malaguista es que el equipo ahora mismo sigue estando bien ubicado en la tabla y su ausencia no está provocando mucha mella. "Lo importante es que el equipo está llevando esto hacia delante y esperamos ganar en nuestro campo, que ya nos toca. El domingo tenemos que dar la puntilla y darle una alegría a los aficionados".

En cuanto a su microrrotura fibrilar, espera que no se postergue más allá de los dos partidos de castigo que aún le quedan por cumplir: "En el entreno noté un pinchazo y espero estar pronto. Tengo ganas de seguir ayudando al equipo".