Economía

Palmas Altas, según Rogers

¿No pensó en hacer un rascacielos?

Podíamos haberlo hecho, pero el cliente quería un espacio central. Tenía claro que la arquitectura sirve para cambiar el interior de una compañía. El espacio central no sólo es un lugar simbólico y abierto. Es una forma de promover el sentido colectivo de la empresa. Espero que la gente puede encontrarse, comunicarse y aprender en ese lugar.

¿Han pasado entonces de moda las torres?

No creo que estén muertas. Los edificios tienen su propio enclave. Cada ciudad tiene sus necesidades, su demanda y su contexto cultural, histórico y físico. La arquitectura consiste en crear el edificio correcto que se adapte a estos condicionantes. Como se aprende es precisamente con la mezcla. Lo excitante es trabajar en diferentes contextos y con distintos tipos de edificios. Hacemos de todo.

¿De qué está más orgulloso en Palmas Altas?

Sólo podemos evaluar el éxito de un edificio cuando está ocupado. Cuando la gente toma posesión de un espacio, sea una oficina o una plaza, se produce algo mágico. Si lo hacen como hemos imaginado, podremos decir que funciona. En Barajas imaginamos un espacio más público que privado. Nos inspiramos en las estaciones de tren del XIX. El día de la inaguración la gente venía con sus perros, con los niños y hasta daban una vuelta en bicicleta. Fue la demostración de que habíamos tenido éxito. Esperamos que en Palmas Altas los espacios exteriores funcionen como pensamos cuando los edificios estén ocupados, pero seguro que también nos llevaremos algunas sorpresas.

¿Ha sido difícil diseñar para este clima?

Existe una rica tradición a la hora de crear sombra en Andalucía, por eso, en realidad, no hemos hecho nada nuevo, sí quizás de forma algo diferente.

¿Su edificio servirá para que Sevilla sea referente en la disciplina de la arquitectura sostenible?

Nuestro objetivo era crear el mejor edificio para Abengoa, en primer lugar, y para todos después. Cuando analizamos el carácter y el espíritu de la compañía supimos que había que hacer un edificio que reflejase esos elementos –paneles fotovoltaicos, la planta de trigeneración–. Sevilla ya tiene una arquitectura maravillosa. Cada vez que voy doy un paseo por el centro y descubro nuevos espacios y edificios. La Exposición del 29 es el mejor ejemplo de este legado. Es un ejemplo de cómo lograr que los edificios que construyes para una Exposición tienen vida después. Ésta es una de las claves del proyecto olímpico de Londres. Por eso Sevilla forma parte de la arquitectura mundial.

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