ALMONTE

Seis partidos en una plaza clave

  • El PP aspira a mantener la Alcaldía pese a la irrupción de nuevas formaciones Dos listas tienen alcaldables rebotados de otros partidos: Alberto Mondaca en C's y Manuel Vázquez por SIPA

Tras la capital onubense, Almonte se erige por derecho propio en uno de los municipios más importantes de la provincia desde un punto de vista estratégico por su peso social, económico, e incluso mediático por el caché de decidir sobre las cuestiones que atañen a Doñana. También es clave, junto a Bollullos, en el reparto de los diputados del partido judicial de La Palma. No es de extrañar, en consecuencia, que hasta seis partidos políticos (PSOE, PP, IU, Ciudadanos, SIPA y Agrupación de Electores Mesa de Convergencia) se batan el cobre a la hora de ser decisivos en una plaza donde la mayoría absoluta se cotiza muy cara.

Pugnan por una Alcaldía a la que llegaron los populares contra todo pronóstico en 2011. Las urnas concedieron al PSOE diez concejales, por nueve al PP y dos a IU, que decidió, contraviniendo a la dirección provincial, respaldar la investidura de José Antonio Domínguez (PP). Una decisión que quebrantaba el mandato expreso del coordinador andaluz de IU, Diego Valderas, y que les valió la apertura de un expediente disciplinario que fue paralizado el pasado año. Su líder local, Daniel Martínez, se mantuvo firme en su postura de contribuir a "la regeneración" de una institución controlada por los socialistas durante la democracia.

En cualquier caso, la mayoría absoluta que sumaban PP e IU, (que nunca entró en el Gobierno ni asumió competencias) se esfumó a los pocos meses de legislatura tras la expulsión del primer teniente de alcalde, Alberto Mondaca, que pasó de ser el azote del PSOE a apoyar sus tesis.

Tras esos convulsos inicios han transcurrido cuatro años en los que los tribunales han gozado de un gran protagonismo en la vida pública almonteña. Por un lado, por los litigios de las operaciones más controvertidas de la etapa socialista: compra del campo de Golf y la Dehesa Santa María o la cesión de contratos millonarios como el de Aproindo. Un desenlace judicial que se esclarecerá después de la cita con las urnas. También ha habido denuncias contra el equipo de gobierno popular, como la de Iddiam Sistemas contra los once concejales, nueve del PP y dos de IU, que votaron a favor de la resolución del contrato de servicios relativo a la gestión de las multas (finalmente sobreseída) o por la contratación de la secretaria del teniente de alcalde, José Carlos Curto del Arco.

En cuanto al balance del mandato, el primer desafío del nuevo Gobierno fue afrontar una deuda global (entidades de crédito más proveedores) que el PP cifro en 60 millones de euros, 24 según los socialistas. Asimismo otra operación urgente fue garantizar la construcción de la nueva depuradora de aguas residuales de Matalascañas, que estaba a punto de colapsar. Una infraestructura de más de cuatro millones de euros que, a la postre, ha supuesto la inversión más importante en estos cuatro años.

La generación de empleo y el impulso del turismo han sido otros de los ejes que el equipo de gobierno almonteño destaca de su gestión de gobierno. Asimismo, el PP presume de bajada de impuestos y de "haber garantizado el mantenimiento de todos los servicios al ciudadano".

Desde el PSOE la lectura es diametralmente opuesta y achacan al equipo de gobierno una enorme "inanición" que han contrastado con un "empecinamiento en fiscalizar la gestión pasada sin aportar nada nuevo en el ámbito de la gestión". Asimismo, hablan de "cuatro años perdidos" en los que no se ha desarrollado ninguna inversión de calado, "incapaces" de lograr financiación exterior para proyectos como la construcción del nuevo paseo marítimo en Matalascañas.

Así las cosas, Domínguez (PP) parte con el desafío de ganar las elecciones para garantizarse la gobernabilidad en una cámara donde a todos le pasará factura la fragmentación del voto. Con el viento a favor de las encuestas internas, la confección de su lista no ha sido traumática más allá de algunas salidas para dar cobijo a nuevos fichajes y amarrar apoyos de ciudadanos que no comulgan especialmente con las siglas populares. Durante toda la campaña Domínguez ha apostado por el eslogan no importa tu color, lo que importa es Almonte, a la hora de tratar de seducir a un electorado que parece huir del centro derecha a tenor de los pobres resultados que obtienen en las autonómicas y generales. De ahí que el logo del PP se haya esfumado de la cartelería de una campaña personalista.

El actual alcalde tiene ante sí dos desafíos: que Ciudadanos no le reste votos, tras la expulsión de Mondaca, y que el ala de simpatizantes andalucistas siga prestándole apoyos y no se marche a otras opciones políticas.

En el PSOE, Rocío Espinosa no ha tenido un camino fácil. La encomienda de la dirección provincial de realizar una "transición tranquila" sin soltar amarras con el pasado le dejó ideológicamente en tierra de nadie. Esta situación le llevó a disputarse unas primarias con Silvia Espinosa, que contaba con el favor y respaldo de la vieja guardia. El tercer actor en la previa de este plebiscito fue Manolo Cepeda, que no pudo recoger los avales necesario tras denunciar que no tuvo acceso al censo y tuvo que renunciar a presentarse. En cualquier caso, la hoy líder socialista ya dejó claro en la televisión local que se siente plenamente "orgullosa de los treinta años de gobierno socialista", descartando así que renuncie al patrimonio y la gestión de su grupo al frente de la alcaldía.

Izquierda Unida renovó totalmente sus listas en los pasados comicios. Ahora apuesta por la continuidad y vuelve a poner en la lanzadera a Daniel Martínez y María Isabel Bejarano. El reto esta en conocer si su electorado le pasará factura por la decisión de sostener de forma indirecta al PP en el equipo de gobierno.

Ciudadanos debuta con un candidato cuyo respaldo popular se presume una incógnita. No sólo es la dificultad de encontrar un líder que iguale el tirón de Albert Rivera, sino el hecho de que al joven partido lo representa un edil, Alberto Mondaca, que carga con la tara de su expulsión de las filas del PP, así como el papel desempeñado a la hora de trabar que el nuevo equipo de gobierno pudiera anular las operaciones más controvertidas del ex alcalde Francisco Bella (PSOE), previo paso del Consejo Consultivo.

Los últimos en incorporarse han sido los Socialistas Independientes por Almonte (SIPA) y más concretamente el ex edil Manuel Vázquez, que entre 2007 y 2011 fue concejal de Economía y Hacienda durante la etapa de Bella y que terminó rebotado tras ser defenestrado de la candidatura del 2011. La sexta opción será la Agrupación de Electores Mesa de Convergencia, marca blanca con la que concurre Podemos en Almonte y que lidera José María García.

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