Que Bustamante es un conquistador de masas ya lo saben todos, sólo hubo que esperar a la noche del miércoles para comprobarlo in situ. Muestra de ello fue que el Auditorio Municipal se quedó pequeño para acoger a los miles de seguidores que acudieron a ver el espectáculo del artista cántabro.

Mucho antes de que empezara el concierto se podía oír a las fans aclamando la presencia del cantante que saltó al escenario cargado de energía. El cántabro, que ha sido padre recientemente, tuvo palabras de cariño para su mujer y su hija a quién dedicó el concierto, no sin antes recordar a los familiares de las víctimas del accidente de avión ocurrido el mismo miércoles en Madrid.

Con Bustamante en el escenario, el espectáculo estaba asegurado. La música vino de la mano de los ritmos latinos y los toques de salsa que se alternaban con las baladas, su especialidad. El concierto, que se incluía dentro de la gira de presentación de su nuevo trabajo Al filo de la irrealidad, reparó algunos de sus mayores éxitos como Devuélveme la vida, Consentida, Hoy tengo ganas de ti y Por ella.

Doce discos de platino y varios de oro avalan la trayectoria de este cantante, que acaba de sacar su quinto álbum. Las numerosas fans que le acompañan allá donde va también dan prueba de ello.

El concierto contó en todo momento con un público entregado que coreaba al unísono sus canciones y que seguía al cantante a uno y otro lado del escenario. Todo seguía una perfecta sincronización, las luces bailaban al son de la música y los efectos visuales hacían alusión al mar, el sol, la tierra y el agua en función del tema.

Pero lo mejor estaba por llegar porque ya se sabe, al igual que ocurre con el vino, lo mejor se deja para el final. Y aprovechando que el público estaba de su parte, Bustamante consiguió levantar a todos de sus asientos, incluso a los más reacios que no pudieron resistirse a bailar su conocido tema Cobarde. Los pronósticos no fallaron, la noche iba ser especial.