Feria de Málaga

Unas tapas para abrir boca

  • El real atrae a sus feriantes con una gran selección de platos de tradición malagueña acompañados por sus mejores vinos

A la Feria de Málaga se viene para bailar, beber y comer. Ir en la mañana al Real implica montar en caballo, pasear el vestido y comer en las distintas peñas que se reparten por todo el recinto. A cada paso se pueden ver en las fachadas de las casetas grandes carteles con los platos del día y las degustaciones más tradicionales, para satisfacer el paladar como sólo los andaluces saben hacer.

Un buen sofrito como base, un poco de carne, algo de marisco, y cuando esté preparado, el arroz. La paella es el plato más demandado. Es la receta más habitual en el Real, por ello los cocineros se hacinan en las puertas de las peñas para cocinar el arroz delante de los visitantes, que comen con la vista antes de pedir. Es el plato más demandado porque suele incluirse dentro de las degustaciones gratuitas. "Diariamente cocinamos paella, aunque a veces alternamos con unas buenas migas con jamón y chorizo" explicó Miguel Díaz, cocinero de la Peña Los Ángeles.

Las migas y los callos son otros de los manjares gastronómicos más tradicionales que se pueden degustar en nuestra Feria. Aunque pueda parecer algo pesado con el calor, es una de las opciones preferidas. "Unas buenas migas no le amargan a nadie, sea verano o invierno" comentó Luis Cabrera, un feriante.

La ruta gastronómica no termina aquí. Entre los platos gratuitos se puede probar porra antequerana, magro con tomate, potaje o fideuá. Este es el caso de la Peña El Salero que ofrece durante todos los días de la fiesta una cazuela de papas con jibia.

Como entrantes no hay nada mejor que tirar del tapeo. Las bandejas siempre repletas de jamón y queso, acompañadas de piquitos o de cestas de pan. Aunque también es una buena opción las gambas o langostinos cocidos, junto a una cervecita o un buen vino de la tierra como el Cartojal. "A mí me gusta venir al Real para disfrutar el buen tapeo. Picar un poco de jamón y queso con un vinito es lo mejor de la Feria" aseguró una visitante.

Pero en la Feria no es todo gratuito y de algo tienen que vivir los feriantes. Existe una extensa lista de platos para todos los gustos y sabores. En cuanto a la carne, la presa ibérica es una delicatessen muy recomendada, y mejor aún si se acompaña con unas patatas a la brava o unas berenjenas con miel. Asimismo, no hay que olvidar el chuletón de ternera o incluso el cochinillo, éste último incorporado hace poco en la caseta Peña Los Ángeles.

Y siendo de tradición marinera que mejor que el pescaíto frito. La gran mayoría de las barracas lo ofertan, y la mayoría de los visitantes lo compran. Es un plato tradicional del litoral malagueño que suele gustar tanto a mayores como a niños. Este plato tan disfrutado por los malagueños suele estar compuesto de una gran variedad de pescados como el boquerón, el salmonete, la rosada o la jibia. Es por tanto uno de los platos más pedidos en el recinto.

Otro oro gastronómico que se puede encontrar en el recinto ferial es el gazpacho, además de las porras o el ajoblanco. Esta receta tradicional realizada con tomate, pan, ajo y aceite de oliva resfresca como ningún otro alimento. "Nosotros damos a degustar porra antequerana, por que somos de Antequera y es nuestra especialidad. Está muy rica" explicó Eduardo Ríos, camarero de la Peña El Carril.

Un buen almuerzo está cojo sin una buena bebida. Este año parece que el vino malagueño más típico de la Feria, el Cartojal, está dando cuartelillo a otro tipo de bebidas más bajas en alcohol. Para algunos feriantes es mejor no beber mucho porque después tienen que conducir el coche. "Siempre que voy al Real prefiero no beber alcohol, como mucho una cerveza a o un tinto de verano" indicó un joven malagueño. Aunque siempre los hay que prefieren coger el bus y saborear además del Cartojal y del rebujito algún vino dulce, seco o semiseco.

El recinto de Cortijo de Torres también se abre paso a la comida rápida. Muchos niños que pasean con sus familias en el Real prefieren almorzar este tipo de comida. El Real está repleto de caravanas acondicionadas con cocinas donde preparan todo tipo de bocadillos. Desde camperos o pepitos a perritos. Por otro lado, las casetas más tradicionales también la ofertan, ya que saben que es rentable.

De igual modo no se pueden olvidar las patatas asadas con guarnición, otra comida muy recurrida en la Feria tanto de día como de noche, o las mazorcas de maíz, que en la noche suelen ser de los alimentos más baratos y rápidos.

Y para terminar el menú del feriante, el postre. En el recinto del Real se pueden degustar un gran abanico de postres, dulces y caramelos. La mayoría de los feriantes prefieren algún helado, pero también los buñuelos o gofres con chocolate gustan mucho. Para los más peques existe una gran variedad de piruletas de todos los colores, además de los algodones, las tradicionales manzanas recubiertas de caramelos, de hasta casi 60 clases o los trocitos de coco.

Sin ninguna duda la crisis está haciendo estragos en las casetas y peñas. De día, con las degustaciones gratuitas, la gente se anima a ir a a almorzar a las peñas, pero de noche la cosa cambia y la gente prefiere cenar algo más rápido y barato en los diversos puestos de comida rápida. "Esperamos que venga un buen fin de semana y que la cosa mejore en estos días. Se está notando la crisis porque ha pegado un bajón. Por la mañana con las degustaciones hay más gente, pero de noche ni la mitad" afirmó Ernesto Arrasola, camarero de la peña Los Ángeles.

Definitivamente, la Feria en Cortijo de Torres ofrece una alternativa a la feria del centro con la gastronomía por montera. Hoy por hoy los caballos han dejado de ser la excusa para ir, ahora los relaciones públicas y sus ofertas directas al paladar han tomado el relevo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios