La sorpresa de los Reyes por invitar a tres compañeros de la Academia de Zaragoza a la recepción en el Palacio Real este pasado 12 de octubre ha sido la muestra de emociones más sincera de la Princesa de Asturias en público. Tras el saludo a más de 3.000 invitados, los tres últimos asistentes que pasaban por la fila fueron tres cadetes que comparten curso con doña Leonor: una chica y dos chicos que fueron llamados por doña Letizia y don Felipe al comprobar las caras de complicidad con su hija cuando se vio sorprendida por esa presencia.

Doña Leonor sonríe de reojo tras el tercer compañero al que ha saludado en la recepción, con la risa de sus padres

Ni por asomo se imaginaba la heredera de la Corona que iba a encontrarse con tres compañeros y de ahí la ilusión que tuvo por tenerles delante. En especial las redes y medios de todo el mundo se han fijado en la mirada que la princesa lanza de soslayo cuando pasa el tercero de los compañeros. Se ha llegado a interpretar como una mirada enamorada a uno de esos compañeros pero presumiblemente es el subrayado de una agradable sorpresa, de verse entre amigos en un día de responsabilidad al ser el primer acto en el que doña Leonor acompañaba a su padre en las ceremonias castrenses. Hace pocos días que la princesa juraba la bandera en Zaragoza.

De todas formas los medios han seguido la pista de quiénes son los amigos de esas sorpresa a la infanta. Centrándose en el tercero, el cadete al que le lanza la mirada la princesa, es un joven madrileño llamado Miguel Reinoso. Lo ha adelantado la web El Español, que revela que es el hijo de un matrimonio de médicos. Francisco Reinoso, padre del cadete, es el director de la primera unidad pediátrica de dolor de España. Los datos recabados señalan que el joven tiene novia y es de una familia numerosa con fuertes convicciones católicas. De ahí que las miradas detectadas este 12 de octubre sean de compañeros cómplices más que de posibles enamorados.