España, Estados Unidos y Oriente Medio son las regiones del mundo dónde Dani García tiene situados una veintena de restaurantes. El chef marbellí tiene previsto llegar a esa cifra de establecimientos a finales de este 2022, algo que le confirma como uno de los cocineros más exitosos a nivel internacional. Además, este año incorporará tres locales nuevos a su oferta internacional: Alelí, Tragabuches y Kemuri. Con todo, se estima que la facturación de los negocios culinarios de García llegue a los 45 millones de euros, todo un efecto positivo en la expansión de la cocina española.

En L'Atelier, el espacio donde en diciembre de 2018 comunicó a su equipo que cerraba su restaurante triestrellado en Marbella y abandonaba la élite de la alta cocina para llegar a un público más amplio, explica a un reducido grupo de periodistas los planes de expansión de la compañía, formada con sus socios Javier y Laura Gutiérrez y que ya cuenta con cerca de 1.600 trabajadores. Desde que cambió a Ferran Adrià como "faro" por Joël Robuchon y Nobuyuki Matsuhisa, con restaurantes por todo el mundo, no ha parado de crear conceptos. Trabaja las mismas horas que antes, reconoce, pero también que: "Los restaurantes ganan tanto dinero que no lo voy a gastar en mi vida".

Uno de sus objetivos es "poner a España en el punto de vista internacional", para que sea reconocida no solo por la alta cocina o, en contraste, una mala paella. "Nuestra pasión es que se conozca nuestra gastronomía en general", indica. Por ello ha introducido el atún rojo -"producto que no se asocia a España fuera"- en Casa Dani (Nueva York) y en Lobito de Mar y BiBo en Doha, y será un protagonista de sus cartas en el resto de proyectos internacionales que planea.

Este año será intenso y clave para el grupo. Acaba de inaugurar Babette, su versión del clasicismo francés en Marbella, donde también anuncia la apertura en julio de Tragabuches, el primer restaurante en el que trabajó. Pero no en su fase evolucionada, aquella en la que epataba al comensal con el nitrógeno líquido y con la que logró su primera estrella Michelin, sino en la primigenia, la de 1998, cuando quiso convertirlo en "el mejor restaurante andaluz tradicional".

Chacinas, croquetas, cocido rondeño, ravioli de rabo de toro, chivo malagueño, puré de papas con aceite de oliva e higaditos encebollados, ajoblanco con ravioli de gamba... "Queremos refrescar, una idea que está en todos nuestros conceptos, la cocina tradicional andaluza", detalla. Será un restaurante familiar, con capacidad para 117 comensales en el interior y 78 en la terraza, que también llevará en noviembre a Madrid, donde ya cuenta con BiBo, Lobito de Mar, Leña y Smoked Room, el primer restaurante español en décadas que logra dos estrellas Michelin de golpe y el único que no ha testado en su ciudad, Marbella.

"De Marbella, al mundo"

Porque es su centro de operaciones, "de Marbella al mundo", también abrirá en junio en ese importante destino turístico de la Costa del Sol, en el complejo Puente Romano, otros dos nuevos conceptos, Alelí y Kemuri. El primero es un italiano "fresco y 'vivace'", para el que ha contratado a un cocinero de aquel país que elaborará pasta fresca y pizzas; Kemuri una 'izakaya' (taberna) japonesa a la que añadirá sushi porque la cocina en crudo es la que más le apasiona hoy en día.

Otra novedad para 2022 es Le Chambre Bleu, nombre que homenajea a otro malagueño, Picasso, a través del nombre del primer cuadro que pintó en París. Abrirá este otoño, en París y Ámsterdam, y será "cien por cien español" con una parte importante de la carta dedicada al atún rojo. También llevará Leña -su versión de un asador de carnes- a Miami (Estados Unidos), un "destino estratégico" para el Grupo Dani García, y Dubái. En total, la inversión en aperturas de este año supera los 13 millones de euros.

Mientras busca ubicación para BiBo Marbella -su local, totalmente transformado, lo ocupa hoy Babette- y Leña en Londres, asiste al crecimiento del servicio de comida a domicilio La Gran Familia Mediterránea, presente por ahora en una veintena de ciudades españolas, y planifica su desembarco en Budapest, deja entrever que no descarta "comprar una compañía hostelera española" y sueña con abordar el mundo de las hamburguesas.

Con 46 años, su trabajo se ha convertido en "soñar" nuevos modelos de restaurantes y diseñar sus cartas, y por el momento ha creado 13 marcas, porque "cuanto mayor sea el catálogo más oportunidades tenemos de llegar con el adecuado a cada lugar en todo el mundo, ¡hay tanto hueco por cubrir!".