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El Parque Nacional es uno de los lugares más espectaculares en cuanto a naturaleza de la provincia y está salpicado de preciosas localidades con encanto
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Es la entrada para poder ver y disfrutar de la sombra más exclusiva del mundo: la del pinsapo de Málaga. Está enclavado en una de las zonas más ricas en lo natural del parque y sus terrenos forman parte de la Reserva de la Biosfera. Su entorno está plagado de rutas, senderos y paisajes realmente bonitos y además tiene el sabor de una localidad repleta de historia, por lo que la visita es casi obligatoria. También es uno de los mejores sitios para ver las estrellas en las noches en las que se puede disfrutar de la astronomía.
Otro punto de la provincia malagueña habitado desde la Prehistoria que, además, es la casa de la heroína María Sagredo, que protagonizó una particular hazaña que le valió una gran recompensa en tiempos de Felipe II. Su imponente iglesia de Santa Ana es uno de los edificios más reseñables de esta localidad que también hunde sus raíces en la Sierra de las Nieves.
Un pueblo que es un pequeño paraíso rodeado de un entorno natural envidiable y desde su casco urbano se puede plantear una bonita excursión al pico más alto de la Sierra de las Nieves: La Torrecilla (1919 metros). Tolox tiene un balneario de aguas medicinales que se explota desde hace algunos siglos pero que también se aprovechó en épocas antiguas. Además de las fuentes y cursos de agua que lo rodean, Tolox tiene por sus calles muestras de arte que hacen de la visita a este pueblo blanco una experiencia más que agradable.
Tranquilidad, grandes dosis de naturaleza y lugares refrescantes. El Burgo es un bonito pueblo de la Sierra de las Nieves en el que se pueden encontrar sitios dónde bañarse en pleno verano y en un entorno natural. Los más propicios para ello son los diques en el río Turón, perfectos para un plan diferente en la época de estío. También es reseñable su gastronomía y la propia ubicación y trazado de la localidad. Tiene muchas opciones para pasear y preciosos miradores como el del Guarda Forestal.
Es una aldea que pertenece al término municipal de Alozaina, pero es uno de esos lugares únicos en el que el legado musulmán de la zona le ha dejado conducciones de agua que recorren el pueblo aún en los meses de más calor. Se puede ver correr el agua por sus calles y además de una venta histórica en la que se puede comer de maravilla, también tiene una particular cascada que parece sacada de un cuento de hadas.
Es uno de los tres pueblos andaluces que comparten el gentilicio de moriscos. Su situación sobre el terreno lo hace uno de esos pueblos de postal y aunque no es de los más conocidos, merece la pena visitarlo y disfrutar de sus calles. Cuenta con uno de los jardines botánicos más especiales de la provincia en el que se pueden contar 2200 especies distintas de cactus y suculentas (Mora i Bravard). Desde él salen senderos y rutas que proporcionan vistas impresionantes como el puerto de la Jácara. Su gastronomía es rica y sorprendente.
Es uno de los pueblos frescos de la provincia en el que nace el generoso río Genal. La postal más característica es la que ilustra este texto, pero lo cierto es que la situación de Igualeja ofrece unas vistas preciosas del valle del Genal y está rodeada de lugares de alto valor ecológico. Tiene cuevas y lugares en los que practicar espeolología, rutas y lugares de ensueño. Su casco urbano, en el que el nacimiento del Genal se impone como monumento natural, también es una preciosidad.
Otra localidad enclavada en un entorno idílico que tiene una gran historia a sus espaldas y tuvo un gran protagonismo en la época musulmana. A finales de agosto se engalana de manera especial, aunque no le hace mucha falta, desde el propio pueblo y desde sus alrededores hay preciosos miradores y en su casco urbano tiene también grandes dosis de protagonismo el agua. Además de los parajes que ofrece el parque de la Sierra de las Nieves que está en su término municipal, tiene un árbol con una particular historia: el Castaño Santo. Además cuenta con alguna de las pozas de agua más refrescantes de la zona.
Otra localidad de postal casi desde cualquier perspectiva. Buena gastronomía y una reserva de fauna en sus alrededores que también es muy importante. En el Sur del parque, está a menos de diez kilómetros de Marbella y los cursos de agua también tienen protagonismo en esta bonita localidad. Una buena opción para entrar en la Sierra de las Nieves desde un punto poco habitual pero precioso.
En la Serranía de Ronda y no muy lejos de Igualeja se encuentra es precioso pueblo que cuenta con el original sendero del bosque encantado y que posee bastantes parajes de alto valor natural y buenos sitios desde los que divisar el Valle del Genal. Pequeño, pero con mucho encanto, es ideal para visitar con los más pequeños de la familia y está en una zona de la provincia con muchas posibilidades de ocio en torno a la naturaleza. Sus calles y casco urbano tampoco defraudan.
También en la parte Sur de la Sierra de las Nieves, es uno de esos lugares en los que le pasado musulmán ha dejado un legado muy bonito en sus calles y sus alrededores. Tienen bastante oferta culinaria y en torno al Guadalmina no sólo se pueden disfrutar de lugares como el Charco de las Mozas o el parque en torno a la Torre de la Leonera. Un seductor casco urbano y también bastantes posibilidades de ocio en torno a la naturaleza.
Es uno de esos pueblos blancos situados estratégicamente en un punto de la provincia que ha sido protagonista de las diferentes etapas históricas durante siglos. Monda tiene bastante patrimonio histórico entre el que se cuentan con calzadas romanas, su espectacular iglesia, el castillo y el propio trazado de sus calles. Uno de esos lugares que visitar con tranquilidad que, además de los senderos y paseos que ofrece por el entorno de la Sierra de las Nieves, cuenta con buena cantidad de fuentes y cursos de agua a su alrededor.
Entre Tolox y Monda, en un punto especial de la provincia de Málaga se encuentra el precioso Guaro. Su festival de la Luna Mora lo convierte en un pueblo de trazado árabe iluminado por la luz de las velas y le da un aspecto precioso. Pero no hace falta esperara al festival para disfrutar de esta bonita localidad, desde ella y sus alrededores se contempla gran parte de los picos más altos de la Sierra de las Nieves y es uno de esos lugares repletos de pequeños detalles que hacen la visita muy agradable.
No necesita presentación, es una de las ciudades más conocidas de Andalucía y tiene muchos rincones para enamorarse de ella. Parte de su extensión también está en la Sierra de las Nieves, no sólo es la localidad más grande de las que tienen este privilegio, también de las más visitadas y es lógico.
Un apacible pueblo en la parte Norte del Parque Nacional de la Sierra de las Nieves, tiene todo el sabor de la serranía rondeña y una situación perfecta para explorar la zona. Además, proporciona agradables visitas. Los restos del castillo de Ortegicar muestran el rico pasado de la zona que fue poblada por los humanos desde la prehistoria y que tuvo especial protagonismo en las épocas romana y musulmana.
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