La farola

Así era el circuito urbano de Fórmula 1 en Fuengirola

Vista del trazado del circuito de Fuengirola para la Fórmula 1 en 1984 sobre el plano actual de la ciudad.

Vista del trazado del circuito de Fuengirola para la Fórmula 1 en 1984 sobre el plano actual de la ciudad.

Las peripecias que convirtieron al GP de Fórmula 1 que se iba a celebrar en Fuengirola en una prueba fantasma dejaron un trazado urbano con grandes rectas y puntos muy peculiares para frenar y virar. Como todos los urbanos, muy peligroso y con pocos puntos de adelantamiento. El trazado, de más de cuatro kilómetros de longitud aún puede recorrerse de manera peatonal. Con la evolución urbanística de la ciudad malagueña es complicado imaginarse a los Fórmula 1 de la nueva era, con más de cinco metros y medio de largo y un ancho de casi dos metros, intentando adelantarse por las calles de la ciudad.

Tomando como referencia la rotonda del monumento Mare Nostrum y cogiendo el paseo José Sánchez Rein en sentido este hasta la rotonda del 600, para tomar ahí la avenida de Los boliches en sentido oeste hasta llegar a otro giro de 90 grados para tomar la calle Gibraltar en dirección al mar hasta circular por el paseo marítimo Rey de España al que se entra con otra curva de 90 grados. Después otra gran recta por el paseo marítimo, curva a derecha para entrar a la calle maestro Pedro Calvo y seguida otra curva a la izquierda para entrar en Ramon y Cajal. Una pequeña recta y nuevo codo a la derecha para salir a la calle Alfonso XIII que desemboca en la calle Mare Nostrum. Toda una colección de curvas similares y rectas sin excesivo ancho. Además, la grada principal estaba proyectada en la playa para poder ver el paso por el paseo marítimo y, frente a ellas, los boxes.

 

En marzo de 1983, coches de Fórmula 2 y Fórmula 3 junto a algunos clásicos como Bugattis de principios del siglo XX recorrieron el circuito para presentar el proyecto. Los pilotos, sin querer aportar ningún punto negativo en sus declaraciones, resaltaron la velocidad del trazado al que se le debían implementar numerosas obras en asfalto, bordillos y un sinfín de aspectos técnicos y de seguridad que repercutirían una importantísima suma de dinero.

En los últimos años, la Fórmula 1 ha introducido diferentes circuitos urbanos o semiurbanos que raramente proporcionan grandes dosis de espectáculo más allá del peligro de correr por las calles y la gran dificultad que suele entrañar ganar algún puesto en ellos. La publicidad, las fotos que quedan en esos trazados urbanos y la gran cantidad de inversión de los estados y ciudades que los promocionan son los argumentos más fuertes que encuentran también hoy en día.

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