La farola

Sitios tranquilos con pasado fenicio en Málaga

  • El legado de esta época sigue vivo en la provincia malagueña más allá de los vestigios históricos y los conjuntos patrimoniales

  • Ir a la noticia: ¿Masones en el paraíso del níspero?

Dos jábegas en una competición en la bahía de Málaga.

Dos jábegas en una competición en la bahía de Málaga. / M.H.

El pasado fenicio de Málaga ha revivido en los últimos 30 años. Los trabajos arqueológicos de los últimos tiempos han servido para poner en contexto la repercusión de la ciudad en la época anterior a la dominación romana y también para observar cómo durante siglos los fenicios se asentaron en la costa sobreponiéndose a la influencia de griegos y otros pueblos del Mediterráneo, en un equilibrio comercial y social con los habitantes autóctonos de la zona. El legado traído desde el oriente permanece tranquilo en Málaga y su provincia. El museo de la ciudad, el Arqueológico Nacional y otros puntos de interés patrimonial lucen piezas extraídas de los antiguos dominios fenicios. El propio castillo de Gibralfaro, la muralla que se puede ver bajo el Museo Picasso y un rosario de yacimientos salpicados dentro y fuera de la ciudad actual son objetos materiales que recuerdan Malaca. Sin embargo, y a pesar del empeño que pusieron los romanos en que la memoria de los aliados y antecesores culturales del gran Aníbal se perdiesen, aún se puede sentir el pasado fenicio de gran parte de la provincia en lugares tranquilos, en pequeños intangibles, en la evocación de otro tiempo y ése punto de irreal que tienen los buenos sitios con historia.

No tiene aún demasiado tiempo el libro Guía de los espacios visibles e invisibles de la Málaga fenicia que da un recorrido por la ciudad fenicia y del que se sacan cuatro rutas fenicias por la ciudad de Málaga. En él, la arqueóloga Leticia Salvago y José Antonio Hergueta ponen en valor el pasado de la urbe y señalaron la necesidad de sentir esa parte de la historia para darle valor. Pero a menudo eso se encuentra en las pequeñas cosas. Una de las más llamativas, y que hay quien señala como una moda, puede ser el ojo de Horus en las embarcaciones malagueñas. La historia del ojo de Horus en las embarcaciones es la de un amuleto que llegó con los fenicios a las costas de la península ibérica, algo así como siete siglos antes de Cristo. Pero su puesta en valor no es del siglo XXI o de finales del XX. En el Informe del Ateneo de Málaga por el que solicita a la Junta de Andalucía considerar a las jábegas como bienes de interés cultural se pueden observar fotografías de principios del XX en el aparece el amuleto, pero hay más: el Instituto Cervantes habla sobre los tópicos que los viajeros extranjeros extendieron en el siglo XIX sobre los españoles. Para ilustrar el artículo utiliza una obra de Gustavo Doré de mediados del XIX. Y ahí vuelve a aparecer como lo hace en la obra más universal que hizo un malagueño: en el ojo divino del Guernica. El amuleto se comparte además hasta hoy en día con muchas otras localizaciones del mundo influidas por egipcios y fenicios hasta hoy en día.

'Charranes y marineros en la playa' de Gustave Doré 'Charranes y marineros en la playa' de Gustave Doré

'Charranes y marineros en la playa' de Gustave Doré / Instituto Cervantes

Pero el comienzo del fin del dominio fenicio llegó con su general más brillante. La batalla de Cannas se sigue estudiando en todas las academias militares del planeta y cuanto más se descubre de la figura de Aníbal y de la época en la que él vivió, más valor tienen sus logros. Para hacer lo que hizo en la Segunda Guerra Púnica no sólo tenía que tener un gran ejército, formación, suerte y la capacidad de análisis más afinada de su época, también una serie de pactos y movimientos diplomáticos que le permitían mantener el músculo de guerra contra Roma sin debilitar sus principales plazas. Extensa y apasionante fue su vida, pero durísima su caída. Basta decir que Roma acabó sembrando de sal la Cartago original. Y ese punto entre el siglo III y II antes de Cristo marcó el arranque de la influencia romana donde antes había colonias fenicias.

Malaca siguió manteniendo sus particularidades. El trabajo de José Luis López Castro (Universidad de Almería) y Bartolomé Mora Serrano (Universidad de Málaga) Malaka y las ciudades fenicias en el occidente mediterráneo, siglos VI a.C - I d.C explica un contexto complejo, en el que las ciudades y los territorios se organizaban de una manera que iría cambiando con la evolución de la influencia romana, y señala que las pruebas numismáticas confirman que tras la caída cartaginesa "Malaca se nos muestran con una personalidad propia, en la que se dan cita, de un modo igualmente poco común en las cecas de su entorno" y mantiene influencias "grecohelenísticas" que se pueden comparar más con los territorios norteafricanos que con emplazamientos como Abdera y Sexs (Adra y Almuñécar). El detalle es una gota de agua en un mar de información que es trabajo de López de Castro y Mora Serrano, puede no ser trascendente, pero sí curioso. Para sentir ese nexo con la parte oriental del Mediterráneo y la historia del sur ibérico se pueden visitar varios lugares no tan conocidos como los citados anteriormente en torno a la capital malacitana.

Necrópolis fenicia de Trayamar y la bahía de Torre del Mar

La necrópolis de Trayamar es un mausoleo de época fenicia que es del siglo VII antes de nuestra era. se pueden ver las cámaras subterráneas hechas con grandes sillares de tierra. Son panteones familiares cuyos ajuares se pueden ver en el Museo de Málaga. El yacimiento, su sitio y características son bonitos, pero hay que tener en cuenta el lugar. Está en la parte este de la bahía de Torre del Mar, toda ella es rica en patrimonio fenicio. Así que lo mejor puede ser darse un paseo por la línea costera hasta el bonito pueblo de la Caleta de Vélez teniendo en cuenta que en la desembocadura del río Algarrobo hay un pecio fenicio-púnico, que forma parte de los tesoros submarinos de la provincia y es algo extraordinario porque no es habitual encontrar  este tipo de restos. La línea de playa ha ido avanzando con el tiempo y por eso el fondeadero de la época fenicia es posible que no se pueda localizar. Pero toda esta bahía fue territorio fenicio durante siglos. Chorreras, Morro de MezquitillaChorreras, Lagos o Cerro de La Molineta, y la propia necrópolis de Trayamar) fueron puntos importantes de comercio con todo el Mediterráneo.

Cerro del Villar, Málaga

No es tan espectacular como otros yacimientos, pero en su época era muy importante. Además está cerca del río Guadalhorce que en época fenicia tenía varios estuarios y también varios asentamientos en torno a ellos. Hoy en día es un lugar en medio del núcleo urbano de la capital malagueña pero en el que se puede estar paseando con tranquilidad, avistar aves y disfrutar del entorno natural especialmente en primavera, otoño e invierno. Cuando se amplió el aeropuerto se encontró otra ciudad fenicia: La Rebanadilla. Toda esta parte en torno al río tiene restos de yacimientos de esa época. Se han encontrado signos de alfarerías y de comercio con pequeñas bolas de plomo como se hacía en el oriente. No está lejos de Arraijanal donde también se encontraron restos recientemente mientras se construía la ciudad deportiva del Málaga CF.

Yacimiento de Toscanos, Almayate

No está lejos de Trayamar y la zona de influencia antes descrita. Como pasa con los otros, es un lugar desde el que hacerse a la idea del dominio fenicio de la zona. En esta ocasión se expande hace el oeste, está cerca de la cantera de San Pitar, una cantera cuyas rocas se han utilizado para la necrópolis de Trayamar de época fenicia, pero también para la Catedral de Málaga, construcciones andalusíes y otro tipo de edificios a lo largo de la historia.

Un par de yacimientos fenicios más merecen aparecer en esta pequeña relación, tal vez por el contrapunto que suponen. El yacimiento fenicio de Río Real, en Marbella. Está en el hotel Los Monteros, pero tiene la particularidad de que si se sigue el cauce del río a unos dos kilómetros y medio hay una ciudad fenicia aún sin excavar ni poner en valor: Cerro Torrón. Tiene vestigios musulmanes pero también contemporáneos del yacimiento de Río Real que era una factoría fenicia cercana al mar.

Otro punto de la provincia que ofrece una perspectiva totalmente distinta es el castillo de Archidona. Está muy lejos de la costa, pero los trabajos allí realizados confirman que estuvo habitado en época fenicia y que muy probablemente fueran ellos quieres construyesen las primeras defensas de un edificio que fue de los más importantes de esa comarca en época romana y musulmana y que hoy ofrece una tranquilidad y un punto de vista diferente sobre los fenicios, casi siempre vinculados a la costa mediterránea.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios