El mejor plan ante otro apagón: una de las mejores rutas de senderismo de Málaga en la que es imposible perderse

Málaga, España y otros puntos cercanos de Europa sufrieron un apagón sin precedentes este lunes. Durante horas, millones de personas estuvieron incomunicados, sin luz, a la espera que la normalidad regresara, algo que en muchos puntos no pasó hasta altas horas de la madrugada. Desde La Farola no se nos ocurre mejor forma de preparanos y combatir el aburrimiento que generó en muchos el apagón que dar con la tecla, el plan perfecto: una fácil de seguir ruta de senderismo en Málaga.

Y qué mejor excusa para explorarlo que recorrer a pie los paisajes de la provincia de Málaga. Un territorio diverso y sorprendente, lleno de pueblos blancos, senderos entre valles y cumbres desde las que se divisa el mar. Una de las formas más completas de hacerlo es a través de la Gran Senda de Málaga, una ruta circular dividida en 35 etapas que enlaza más de 50 municipios a lo largo de 650 kilómetros. Pero es, entre todas estas, la etapa 33 la que destacamos hoy por su equilibrio entre exigencia, belleza y conexión con el entorno. Une dos de los municipios más representativos de la Costa del Sol, Mijas y Benalmádena, a través de la sierra que comparten. Un recorrido de 18 kilómetros que invita a desconectar del estrés urbano y reconectar con la naturaleza.

El punto de partida de esta etapa se encuentra en Mijas, desde donde comienza una ascensión que pasa por un Vía Crucis hasta alcanzar la ermita del Calvario. Desde aquí se abre una impresionante panorámica que, en los días despejados, permite divisar incluso tierras africanas al otro lado del Mediterráneo. A lo largo del recorrido, el camino bordea los límites de Alhaurín el Grande y se adentra en Alhaurín de la Torre de forma intermitente, hasta alcanzar Benalmádena. Aunque no es una ruta técnicamente complicada, presenta desniveles significativos que requieren buena forma física. La senda es frecuentada por senderistas y ciclistas que adaptan el trazado a sus capacidades y objetivos. Uno de los puntos más altos del recorrido es el cerro del Moro, con 939 metros de altitud, un lugar que regala vistas panorámicas en todas direcciones. Desde ahí, la vegetación cambia con la orientación: encinas, pinos carrascos, romero, enebro y coscojas se reparten el protagonismo.

Un ecosistema mediterráneo entre pinares y canteras

La vegetación que rodea esta etapa es rica y variada. Destacan las esparteras con palmito, espino cambrón, lavandas y un denso pinar adaptado al terreno dolomítico. En algunos tramos se observan arbustos de hoja ancha y zonas donde las encinas intentan recuperar su espacio.

También se atraviesan antiguas canteras, como la del Barrio, que forman parte del paisaje y del legado industrial de la zona. La fauna es igualmente diversa, con posibilidad de avistar cabras monteses y aves rapaces que sobrevuelan este corredor natural.

Puerto de las Grajas, Tres Caleras y la llegada a Benalmádena

Siguiendo el camino, se alcanza el puerto de la Cantera y, posteriormente, uno de los lugares más significativos de la sierra: el puerto de las Grajas, donde se encuentra El Pino, un árbol señero que se alza solitario como referencia natural y paisajística.

Tras este punto, se suceden pendientes entre chaparros, los puertos de las Tres Caleras y del Cerial, y una bajada sostenida que ofrece nuevas vistas, esta vez abiertas al litoral de Benalmádena. El sendero se encamina hacia el regajo del Quejigal y va ganando vegetación mientras gira hacia poniente. Finalmente, la etapa concluye al cruzar el túnel del arroyo Hondo, donde se accede a la zona norte de Benalmádena.