Esta es la mejor ruta de senderismo que puedes hacer en Málaga en mayo: refrescante, sencilla y reveladora

Una refrescante ruta de senderismo que sigue al río Grande y encuentra la cueva de los Zarzalones

El mejor plan ante otro apagón: una de las mejores rutas de senderismo de Málaga en la que es imposible perderse

El nacimiento del río Grande
El nacimiento del río Grande / malaga.es

Mayo comienza a ser ya un mes caluroso, donde las rutas de senderismo comienzan a apetecer solamente a primera hora de la mañana, cuando el sol menos aprieta, y no de esas tan largas y duras que invita el otoño o la primavera. En el mes de mayo ya se abre de par en par la temporada de rutas refrescantes, en aquellas donde el agua es protagonista, ya sea por su cercanía con ríos, afluentes o riachuelos, ya sea por pozas o piscinas naturales donde el baño es casi obligatorio tras la caminata como lo es la ruta de senderismo que sigue al río Grande y la cueva de los Zarzalones.

El nacimiento del río Grande: la cueva de Zarzalones

La ruta comienza en un punto singular: el nacimiento del río Grande, un afloramiento acuático que surge directamente desde las profundidades de la Sierra de las Nieves. A través de enormes grietas en la roca caliza, el agua brota desde un acuífero subterráneo dando lugar al inicio del río, que desemboca más adelante en el Guadalhorce. Justo en este enclave se encuentra la cueva de Zarzalones, una formación natural que destaca por su relevancia espeleológica.

Desde que fuera explorada por buceadores de Fuengirola en 1978, la cueva ha atraído el interés de expertos de todo el mundo. Sus pasadizos sumergidos y sus cavidades aéreas la convierten en un punto de referencia para la espeleología andaluza. Más allá de su atractivo científico, la gruta añade un componente de misterio y espectacularidad al arranque de esta ruta fluvial.

La cueva de los Zarzalones.
La cueva de los Zarzalones. / malaga.es

El cañón de Zarzalones: un desfiladero de belleza agreste

Una vez iniciado el curso del río, el agua discurre encajonada entre terrazas de cultivo y un estrecho desfiladero rocoso. Este tramo, conocido como el cañón de Zarzalones, ofrece una secuencia de cascadas, charcas y formaciones calizas moldeadas por la erosión del agua a lo largo de milenios. El recorrido, de carácter circular, permite explorar esta zona en profundidad, siempre acompañado por el sonido del agua y la sombra generosa de la vegetación de ribera.

Sauces, álamos, adelfas, cañas y tamariscos conforman un ecosistema ribereño que no solo embellece el paisaje, sino que también da cobijo a una rica fauna. En particular, la ruta alberga una notable diversidad de insectos y especies acuáticas, elementos clave en el equilibrio ecológico del entorno.

Barrancos y descensos: un paraíso para el deporte de aventura

Más allá del senderismo tradicional, el área del río Grande destaca por ser uno de los puntos con mayor concentración de barrancos deportivos de la provincia de Málaga. Un ejemplo claro es el barranco de Aguainjerta, cuya entrada se encuentra en el desagüe de la presa de San Pascual. Aquí, el agua y la topografía accidentada permiten la práctica de descenso en rápel, saltos, toboganes naturales y pasajes estrechos en plena naturaleza.

Sobre la cueva de Zarzalones, en el arroyo del mismo nombre, se halla una de las secciones más exigentes para barranquistas experimentados. Este tramo incluye varios descensos verticales y un sector aéreo de 37 metros, que requiere formación específica y equipo adecuado. También existe una opción menos técnica, ideal para quienes se inician en este tipo de deportes, lo que convierte la ruta del río Grande en un espacio versátil para todo tipo de visitantes.

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Dos variantes, un mismo destino: la belleza natural de Yunquera

El sendero, que comienza y termina en Yunquera, ofrece dos variantes principales. La primera sigue el curso del río hasta la última cascada del cañón de Zarzalones, un recorrido fresco y accesible que permite disfrutar de la riqueza paisajística y natural. La segunda se dirige hacia el barranco de Aguilera, donde se encuentra un notable descenso inicial de 33 metros en rápel, pensado para los amantes de las emociones fuertes.

Durante todo el recorrido, es importante recordar que la ruta atraviesa zonas de cultivo y terrenos privados. Por tanto, está prohibido recolectar frutas o acceder a propiedades sin permiso. Asimismo, los canales y presas del complejo hidroeléctrico cercano están cerrados al baño por motivos de seguridad. El respeto por el entorno y por las normativas locales es esencial para preservar este espacio natural.

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