Este es uno de los mejores pueblos de Málaga en otoño, con pasado visigodo y con la castaña en su corazón
Enclavado en el Alto Genal, Pujerra se transforma cada otoño en un espectáculo de colores
Historia, tradición y naturaleza se dan la mano en este pueblo blanco de la Serranía de Ronda
Sus calles estrechas, su arquitectura andalusí y sus castañares centenarios lo convierten en una joya otoñal
En pleno corazón del Alto Valle del Genal, a 770 metros de altitud, se alza el pueblo blanco de Pujerra, una de las joyas más singulares de la Serranía de Ronda. Rodeado por los paisajes de Sierra Bermeja y el valle del Genal, este municipio malagueño conserva el encanto de la arquitectura andalusí y la tranquilidad propia de los pueblos de interior. Su entramado urbano, de calles empinadas y fachadas encaladas, refleja siglos de historia que se remontan al siglo II, cuando ya existían asentamientos cristianos en la zona.
En otoño, el municipio se transforma. Los tonos verdes de los castaños dan paso a una explosión de colores ocres, dorados y marrones que tiñen las laderas del valle, un fenómeno natural conocido como el Bosque de Cobre, uno de los espectáculos más bellos del calendario otoñal malagueño.
Pujerra guarda un pasado cargado de leyendas. Según la tradición, fue aquí donde nació el rey visigodo Wamba, que habría vivido en la localidad antes de ser elegido monarca. Una estatua en la Placilla Vieja recuerda esta historia que forma parte del imaginario popular del municipio.
El origen de Pujerra se asocia también con antiguas villas moriscas como Bentamín o Cenay, desaparecidas tras la conquista cristiana. Su trazado urbano, de calles estrechas y sinuosas, conserva la esencia árabe de sus primeros pobladores, mientras que la presencia de ladrillos marcados con las iniciales Yesous Christos en algunas fachadas testimonia la cristianización temprana del territorio.
A lo largo de los siglos, Pujerra ha sido un enclave agrícola, dedicado principalmente a la recolección de la castaña y a la explotación de los recursos naturales del entorno. Su historia más reciente recuerda el reconocimiento otorgado por el rey Fernando VII, que en 1814 concedió al municipio carta de villazgo por la valentía de sus habitantes frente a la invasión napoleónica.
El castañar, símbolo y sustento del pueblo
El castañar de Pujerra es mucho más que un paisaje: es el alma del municipio. Con miles de hectáreas de árboles centenarios, constituye una formación forestal de enorme valor ecológico, económico y cultural. Durante el verano, las flores recubren las ramas de los castaños, y en otoño, los “erizos” caen al suelo liberando las castañas que han madurado bajo el sol.
Entre los ejemplares más emblemáticos destaca el Castaño Abuelo, un árbol monumental situado a las afueras del casco urbano. Con más de seis metros de perímetro y una altura que supera los 15 metros, este gigante vegetal representa la fuerza y longevidad de los bosques del Alto Genal.
El final de la temporada de recogida se celebra con la tradicional Fiesta de la Castaña, una de las más representativas de la Serranía de Ronda. Durante esta festividad, los vecinos asan castañas en los “tostones”, las acompañan con mistela —un licor local elaborado con aguardiente, almendra tostada y café—, y comparten recetas elaboradas con este fruto, símbolo de identidad pujerreña.
Patrimonio y rincones con historia
El patrimonio monumental de Pujerra se concentra en torno a la plaza principal, donde se levanta la Iglesia del Espíritu Santo, templo del siglo XVI que custodia la imagen de San Antonio de Padua, patrón del municipio. Su fachada barroca, con un campanario levantado sobre una esquina, es uno de los elementos más singulares del edificio.
A las afueras se encuentra la ermita de San Antonio de Padua, un lugar de devoción y encuentro vecinal. También resulta de interés el Museo de la Castaña, un espacio dedicado a la cultura tradicional y al modo de vida rural del siglo XVIII, con herramientas y objetos vinculados a la recogida del fruto que da fama al pueblo.
El municipio forma parte de la Ruta de Fray Leopoldo, un itinerario que conecta diferentes localidades de la comarca, como Alpandeire, Júzcar o Igualeja, ofreciendo paisajes de gran belleza y senderos entre castañares, pinos y encinas.
Tradiciones, gastronomía y vida rural
El calendario festivo de Pujerra combina devoción y costumbre popular. En junio se celebra la fiesta en honor a San Antonio de Padua, y a principios de noviembre la Fiesta de la Castaña, donde las calles se llenan de música y productos locales, uno de los mejores momentos del otoño para hacer coincidir tu visita al pueblo. Durante la Semana Santa, destaca la peculiar tradición de El Huerto del Niño y la Quema del Judas, un ritual que simboliza la renovación y el fin de la traición.
La gastronomía pujerreña mantiene el sabor de la sierra. La castaña pilonga, de gran calidad, protagoniza platos como guisos, arroces y postres caseros. Entre las recetas más representativas figuran el gazpacho caliente, las migas, la olla y los dulces tradicionales como los roscos o los buñuelos. Todo ello acompañado de mistela o mosto, elaboraciones caseras que resumen la esencia rural de este rincón del Genal.
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