No creerás que estas playas estén en Marbella y Estepona: parecen de otro mundo y reina la tranquilidad

Al oeste de Málaga, entre Marbella y Estepona, se encuentra un conjunto de playas que sorprenden incluso a quienes creen conocer bien la Costa del Sol. A diferencia de la franja litoral cercana a la capital o de las calas de la Axarquía, dominadas por Nerja y Maro, aquí el visitante se encuentra con rincones muy distintos: desde espacios abiertos y animados hasta entornos serenos que invitan a desconectar. Son arenales que combinan historia, naturaleza y tradición marinera, conformando uno de los paisajes más variados del litoral malagueño.

Playa del Cable

La playa del Cable en Marbella recibe su nombre de un antiguo funicular que en el pasado se utilizaba para cargar minerales en los barcos procedentes de las minas locales. Como testigo de aquella época aún se alza una torre metálica que recuerda esa actividad industrial que marcó el origen de la zona. Hoy, sin embargo, el ambiente ha cambiado por completo. Su carácter bullicioso, acompañado por chiringuitos como Playa Santa o La Dolce Vita, la ha convertido en un punto de encuentro animado donde se combinan familias con niños y jóvenes en busca de ocio frente al mar.

Playa de Los Monteros

En contraste con el bullicio del Cable, la playa de Los Monteros ofrece un entorno más tranquilo, con arena fina y dorada rodeada de vegetación. Desde sus orillas se disfrutan vistas panorámicas que refuerzan la sensación de calma. Entre sus atractivos se encuentra una escuela de kitesurf situada en las cercanías, lo que añade un toque deportivo a la experiencia. Su carácter menos concurrido permite disfrutar del paisaje marbellí en un ambiente sereno, ideal para quienes buscan espacios con menos aglomeración.

Playa El Saladillo

La playa de El Saladillo, en Estepona, es una de las más extensas del municipio. Su tamaño, unido a la distribución de los accesos, hace que rara vez se vea abarrotada, lo que la convierte en un lugar espacioso y cómodo. La arena es fina y en algunos puntos aparecen piedras en la entrada al mar, aunque sin suponer un inconveniente significativo. Además, cuenta con una variada oferta de servicios y actividades acuáticas en los alrededores, lo que refuerza su atractivo como destino de ocio en la costa occidental de Málaga.

Playa del Alicate

Más recogida y menos concurrida, la playa del Alicate es uno de los rincones discretos de Marbella. Su encanto radica en la serenidad que transmite, acompañada de un paisaje costero cuidado. Aunque en algunos tramos la orilla presenta piedras al entrar en el agua, esta característica no resta atractivo al conjunto. La cercanía de restaurantes y otros servicios completa un escenario que combina tranquilidad con la comodidad propia del litoral marbellí.

Playa de La Galera

En el extremo occidental de Estepona aparece la playa de La Galera, un enclave perfecto para quienes buscan paisajes diferentes y oportunidades para el buceo. Su proximidad al islote de Las Palomas y a la punta del Salto de la Mora aporta un marco natural de gran interés. Además, está situada junto a una de las playas habilitadas para perros en la provincia, lo que amplía su singularidad. Su ubicación la convierte también en un lugar privilegiado para contemplar la puesta de sol, uno de los grandes atractivos de esta zona.

Playa del Cristo

Por último, la playa del Cristo en Estepona es uno de los arenales más conocidos, tanto por su concurrencia como por la riqueza histórica que atesora. Ya en el primer milenio después de Cristo, el lugar funcionaba como fondeadero para embarcaciones. Con el tiempo, se convirtió en enclave habitual para barcos de las principales potencias navales europeas. Hoy conserva parte de esa memoria, unida a unas condiciones naturales que refuerzan su atractivo: aguas tranquilas y protegidas del viento, profundidad moderada y facilidad de acceso gracias a las zonas de estacionamiento cercanas.