En su ficha del inventario del Museo Arqueologíco Nacional se traduce: "La niña Firmana, de carácter dulce, vivió entre los buenos dos años y ocho meses. Fue recibida en la paz el día siete de las calendas de febrero [25 de enero], sábado". Es una inscripción en una lápida en latín que además tiene un crismón. Se trata de una cristiana que vivió hace más de 15 siglos en lo que hoy es el término municipal de Marbella y que pertenece a la necrópolis de más de 148 enterramientos que rodea la basílica paleocristiana de Vega del Mar. A dos pasos del paseo marítimo de San Pedro de Alcántara, de playas, campos de golf u otros monumentos de patrimonio marino y sobre tierra. El yacimiento está un punto que da suficientes argumentos para pasar buenas jornadas de ocio y ofrece la posibilidad de mirar el mar como lo hacían los cristianos más antiguos de los que se conserva un patrimonio similar en esta parte de la costa oeste malagueña.

La datación de la pieza por parte del Museo Arqueológico Nacional sitúa a Firmana viviendo a finales del siglo cuarto o principios del V. Otros autores señalan que es del VI, pero el Catedrático de Epigrafía y Numismática en Universidad Complutense de Madrid, Javier Santiago Fernández publicó en la revista de historia antigua Gerión un análisis en el que va situando los elementos epigráficos en el tiempo comparando la lápida de Firmana encontrada en San Pedro de Alcántara con otras de la península ibérica y de las diferentes épocas. Además, la tipología del crismón y otros factores hacen que el catedrático acote la edad de la lápida a diez posibilidades: "puede ser datado en cualquier de los años de la segunda mitad del siglo IV (346, 352, 357, 363, 374, 380, 385, 391) o los primeros (402, 413) del V", que son los diez años en los que "el día séptimo antes de las kalendas de febrero fue sábado".

Los primeros cristianos en Málaga

La lápida de Firmana.

Así que la peculiar basílica en torno a la que se encontró la lápida es uno de los yacimientos cristianos más antiguos que se conservan en la provincia. Recientemente, se encontraron en la iglesia del Sagrario de la capital malacitana unos restos paleocristianos que se situaron entre el siglo IV y el VI. La presencia cristiana en lo que hoy es la provincia de Málaga está datada, según la Diócesis de Málaga, por los documentos que señalan a San Patricio como primer obispo de Málaga del que se tiene constancia por las actas del Concilio de Elvira, a dónde fue acompañado de los presbíteros de Teba, Acinipo (cerca de Ronda), Singilia Barba (cerca de Antequera) e Iluro (Álora), a principios del siglo IV y de cuyas actas se intuye que debió ser obispo de Málaga desde el 290. Después de San Patricio no hay documentos de sucesores hasta el 578. Para entonces, el cristianismo ya estaba organizado y extendido.

La basílica paleoromana de Vega del Mar tiene tres naves y dos ábsides, particularidades que junto a otros aspectos comparte con construcciones similares que se encuentran en el norte de África. También cuenta con pila bautismal y está rodeada de eucaliptos a poca distancia del mar. El terreno, comprado por Azucarera Española a principios del XX y antes por el cordobés (de Argentina) marqués del Duero, Manuel Gutiérrez de la Concha e Irigoyen, que creó una colonia agrícola que dio origen a la actual San Pedro. El yacimiento fue excavado por primera vez en 1916, entonces se encontró la lápida de Firmana, pero después se volvió a excavar en 1930 y en 1981. Parte de los hallazgos de los últimos trabajos se puede ver en el Museo de Málaga.

Este punto del patrimonio no sólo tiene cerca San Pedro, Estepona y Marbella con todo lo que las tres localidades ofrecen, también tiene una etapa apta para todos de la Gran Senda de Málaga. Concretamente el sendero que va desde San Pedro de Alcántara hasta la torre de Guadalmansa. Que de hecho pasa junto a la basílica paleocristiana. Es una ruta con muy buenas vistas, poca exigencia en lo referente a desnivel y que puede ofrecer algo de naturaleza junto al mar en función de la época del año en que se visite.