El pueblo de Málaga que aguarda multitud de leyendas en torno a su castillo: es un paraíso para los aficionados al senderismo
Entre las montañas de la Axarquía se esconde Alcaucín, un pueblo blanco con historia, naturaleza y un castillo envuelto en misterio
Las ruinas del Castillo de Zalia guardan secretos fenicios, leyendas moriscas y vistas de ensueño sobre el valle del río Alcaucín
Rutas, miradores y pozas naturales hacen de este rincón de la Axarquía un destino imprescindible para los amantes del senderismo y la tranquilidad
Entre montañas, leyendas y senderos infinitos se levanta Alcaucín, un encantador pueblo blanco de la comarca de la Axarquía malagueña que conserva la esencia de su pasado árabe y la pureza de su entorno natural. Situado a los pies del Parque Natural de las Sierras de Tejada, Almijara y Alhama, este municipio se ha convertido en uno de los destinos más apreciados por quienes buscan naturaleza, historia y autenticidad en un mismo lugar.
El origen de Alcaucín se remonta a la dominio árabe, época de la que mantiene su nombre —que significa “los arcos”— y el trazado urbano de calles estrechas y serpenteantes, flanqueadas por casas encaladas y patios floridos. Sin embargo, la presencia humana en estas tierras es mucho más antigua. Los yacimientos arqueológicos hallados en su entorno revelan que la zona estuvo habitada desde la prehistoria, con restos cerámicos, utensilios y huesos humanos del periodo musteriense.
Uno de los hallazgos más notables es la mandíbula Neandertal del Boquete de Zafarraya, perteneciente a un hombre que vivió hace unos 30.000 años. Este descubrimiento sitúa al término de Alcaucín entre los primeros espacios ocupados por el ser humano en la provincia de Málaga. Posteriormente, los fenicios dejaron también su huella al construir los primeros cimientos del Castillo de Zalia, fortaleza que los árabes transformarían en un sólido bastión defensivo.
El Castillo de Zalia, guardián de leyendas
A las afueras del pueblo, se alzan las ruinas del Castillo de Zalia, un enclave cargado de historia y misterio. Su origen se atribuye a los fenicios, aunque fueron los musulmanes quienes consolidaron su estructura en el siglo XII, convirtiéndolo en principal bastión de la Axarquía. Desde su posición estratégica, controlaba las rutas entre el litoral malagueño y las altiplanicies granadinas, a través del río Alcaucín y el Boquete de Zafarraya.
El castillo jugó un papel clave durante la revuelta de Umar Ibn Hafsun contra el poder cordobés, y aparece citado en documentos del año 909. Tras la conquista cristiana de 1485, quedó en ruinas, aunque su presencia sigue dominando el paisaje. Hoy, declarado Bien de Interés Cultural desde 1985, el Castillo de Zalia es una de las fortificaciones más antiguas y evocadoras de la provincia, envuelta en leyendas que hablan de tesoros ocultos, fantasmas de guerreros moriscos y antiguas maldiciones.
Patrimonio monumental y rincones con historia
En el corazón del casco urbano destaca la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, un templo del siglo XVII que guarda valiosas tallas religiosas y un camarín de estilo rococó. No lejos de allí, la ermita de Jesús del Calvario, del siglo XVIII, ofrece una de las vistas más hermosas del entorno.
Otro emblema local es la Fuente de los Cinco Caños, cuyo manantial nunca ha dejado de brotar. Según la tradición, quien bebe del caño central encontrará el amor en el pueblo, una de esas leyendas que siguen vivas en la memoria colectiva.
Naturaleza, rutas y senderos en la Axarquía
Alcaucín se abre al visitante como una puerta natural hacia la Sierra de Tejeda, donde los amantes del senderismo encuentran un sinfín de rutas entre bosques, gargantas y miradores. En su término municipal se alza el pico de la Maroma, con 2.066 metros de altitud, la cumbre más alta de la provincia de Málaga.
El Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, con casi 40.000 hectáreas de extensión, ofrece paisajes espectaculares y una biodiversidad única. Uno de los rincones más visitados es el paraje del Alcázar, junto al río Alcaucín, donde frondosos árboles, pozas naturales y antiguas viviendas excavadas en la roca crean una atmósfera de calma y belleza singular. Desde allí parten rutas hacia lugares como La Loma de las Víboras, los Senos de la Tejeda o el pantano de La Viñuela.
Tradición, fiestas y sabores locales
El calendario festivo de Alcaucín es tan amplio como su patrimonio. A lo largo del año se celebran citas como la Romería de San Isidro, las Candelarias, la Fiesta de la Castaña o la Feria de Agosto, que incluye un prestigioso festival flamenco. En Semana Santa destaca la representación de los “judíos”, una escenificación popular con raíces centenarias.
En el terreno gastronómico, la cocina de Alcaucín combina la herencia rural con los productos de la tierra. Platos como las tortillas de bacalao, las habichuelas con hinojos, el ajoblanco o el gazpachuelo resumen su recetario tradicional. En la repostería destacan las tortas de aceite, los mantecados caseros y el inconfundible pan romano, dulce típico del municipio.
Cómo llegar a Alcaucín
A apenas 55 minutos en coche de Málaga capital, Alcaucín representa la esencia más pura de los pueblos blancos del interior. Su historia milenaria, sus rutas de montaña y el magnetismo de su castillo hacen de este enclave un referente patrimonial y natural de la provincia. Entre la leyenda y la montaña, el visitante descubre aquí un espacio donde el tiempo parece haberse detenido, custodiado por las piedras antiguas del Castillo de Zalia y por el murmullo eterno del río Alcaucín.
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