El pueblo de Málaga con más contrastes en otoño que no debes olvidar visitar: del azul al cobre
Júzcar, el pueblo azul de la Serranía de Ronda, se tiñe de tonos dorados y rojizos con la llegada del otoño
Entre castaños, setas y fachadas celestes, este rincón del Valle del Genal ofrece una postal única de la Málaga interior
El contraste entre el azul de sus casas y los colores del bosque convierte a Júzcar en uno de los destinos más fotogénicos durante esta estación
Entre los rincones más singulares de la provincia de Málaga, Júzcar ocupa un lugar especial. Situado en plena Serranía de Ronda, este pequeño municipio sorprende por su capacidad de transformar su paisaje con el paso de las estaciones. Lo que en verano es un estallido de azul intenso, en otoño se funde con los tonos cobrizos del Valle del Genal, creando un espectáculo visual que lo convierte en uno de los pueblos más pintorescos y fotogénicos de Andalucía.
Júzcar saltó a la fama en 2011, cuando se transformó en el llamado 'Pueblo Pitufo'. La decisión de pintar todas sus fachadas, desde viviendas hasta edificios públicos, de un llamativo azul celeste no fue casual. El municipio fue elegido como escenario para el estreno mundial de la película Los Pitufos, una acción promocional que cambiaría su historia para siempre.
Aunque el proyecto era temporal, el éxito turístico fue tal que los vecinos decidieron conservar el color que los hizo famosos. Desde entonces, Júzcar ha recibido durante todo este tiempo a más de medio millón de turistas atraídos por su estética inconfundible y su entorno natural. Sus poco más de 300 habitantes han sabido mantener viva la esencia de un pueblo andaluz tradicional, al mismo tiempo que abrazan una identidad visual que lo diferencia de cualquier otro rincón de España. Ya han dejado atrás aquello de 'Pueblo Pitufo' pero mantiene su identidad y color, ahora es la 'aldea azul'.
Entre bosques, castaños y setas: la magia otoñal del Valle del Genal
Cuando llega el otoño, Júzcar cambia de rostro. Los castañares que rodean el municipio tiñen el paisaje de tonos dorados, ocres y rojizos, creando un contraste sorprendente con el azul de sus fachadas. Es uno de los momentos más especiales del año para descubrir este enclave malagueño, donde la naturaleza cobra protagonismo.
El pueblo celebra por estas fechas sus tradicionales Jornadas Micológicas, una cita muy esperada por los aficionados a las setas. Expertos y curiosos se reúnen para recorrer los bosques cercanos en busca de hongos, participar en talleres y degustaciones, y aprender sobre la riqueza micológica de la zona. Durante estos días, Júzcar combina su faceta gastronómica con la educativa, convirtiéndose en un referente para los amantes del turismo rural.
Naturaleza y rutas por el Bosque de Cobre
Júzcar es también punto de partida para diversas rutas de senderismo que atraviesan la Serranía de Ronda y el Alto Genal, una zona donde brilla el Bosque de Cobre. Los caminos serpentean entre montes cubiertos de vegetación autóctona, con vistas espectaculares hacia pueblos cercanos como Cartajima, Igualeja o Pujerra.
Entre los parajes más destacados se encuentran el Castañar de Júzcar y la Sima del Diablo, una garganta de más de 50 metros de profundidad ideal para los amantes del barranquismo. Para quienes prefieren una experiencia más relajada, el Mirador del Jardón ofrece panorámicas únicas que abarcan desde la Sierra de las Nieves hasta el Paraje Natural de los Reales de Sierra Bermeja.
Un paseo por la historia: de la hojalata al azul
Más allá de su fama reciente, Júzcar cuenta con un notable pasado histórico. En el siglo XVIII albergó la primera fábrica de hojalata de España, conocida como La nunca vista en España Real Fábrica de Hojalata. Fundada en 1731 durante el reinado de Felipe V, fue un proyecto pionero que dio trabajo a numerosos habitantes de la comarca. Hoy, sus ruinas siguen siendo uno de los principales testimonios del patrimonio industrial andaluz.
También destaca la iglesia de Santa Catalina, construida en el siglo XVI y teñida del mismo azul que cubre el resto del municipio. Su estructura rectangular conserva restos de una armadura mudéjar, reflejo de la historia multicultural que caracteriza a esta región.
Gastronomía local y sabores de temporada
En el corazón del pueblo, el restaurante La Bodega del Bandolero, situado en el Hotel Bandolero, es una referencia gastronómica ligada al entorno. Su cocina, dirigida por el chef Iván Sastre, rinde homenaje a la castaña, ingrediente estrella del otoño juzqueño. Este fruto aparece en guisos, postres y salsas, siempre con un toque creativo que refleja la identidad del lugar.
La gastronomía local incluye además platos tradicionales como la sopa de tomate, el chivo malagueño o las recetas de temporada elaboradas con productos del campo. Júzcar combina así tradición y modernidad, convirtiendo su oferta culinaria en parte esencial de su atractivo turístico.
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