El pueblo de Málaga donde Picasso encontró inspiración y que ahora fascina al mundo
Sus cuevas cársticas, su trazado morisco y su aguardiente son objeto de piropos por parte de National Geographic
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Los pueblos de Málaga tienen un encanto especial. El interior de Málaga brilla por su mapa de pueblos blancos, pequeños, algunos de ellos poco poblados, pero que guardan a buen recaudo su historia, su legado, el lugar que fueron. Uno de ellos es Ojén, pueblo al que se rinden los expertos en viajes de National Geographic, calificándolo como un pueblo único “de cuevas únicas y alma serrana” y que protege una “receta desaparecida que conquistó la alta sociedad del siglo XX”.
Ojén ha sido un pueblo por el que han pasado escritores, poetas, artistas y pintores, un pueblo de inspiración para muchos, sobre todo en siglos pasados en los que para conocer un lugar tenías que ir a descubrirlo por ti mismo. Este pueblo blanco de Málaga se caracteriza por muchas cosas, pero especialmente por su entorno y ubicación, con cuevas cársticas que lo han escoltado durante toda la vida y un pasado morisco que le da identidad y lustre.
“La radiante blancura de las calles escalonadas de Ojén devuelve una postal tras la que se extiende toda una historia que hunde sus raíces en el Paleolítico”, reconocen desde National Geographic, que ven en este pueblo un destino único en el interior de Málaga, muy próximo a Marbella. El dominio islámico del territorio dejó aquí en herencia un “laberinto de callejones estrechos y empinados, que desembocan en la Plaza de Andalucía” lugar donde podemos encontrar uno de los grandes monumentos del pueblo, la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, del siglo XVI, “construida sobre una antigua mezquita cuyo alminar se convirtió en el actual campanario”.
Además de puntos de interés como la Fuente de los Chorros o el Museo del Molino de Aceite, la revista de viajes se detiene en cómo ha forjado el tiempo y la naturaleza su entorno: “Lo que hace que Ojén sea único es el patrimonio geológico de sus cuevas de origen cárstico, integradas en el tejido urbano. Las Cuevas Bajas, rehabilitadas para eventos culturales, y las Cuevas Altas, que ofrecen un mirador espectacular colgado sobre el caserío blanco”.
El aguardiente de Ojén
Especial mención hacen desde National Geographic al aguardiente de Ojén, conocido no solo nacionalmente, sino también internacionalmente. “Uno de los capítulos más célebres de la historia de Ojén tiene que ver con el aguardiente. En el siglo XIX, un vecino llamado Pedro Morales creó un licor anisado de alta graduación utilizando uvas de variedad moscatel y hierbas aromáticas locales. El éxito fue tal que ‘una copita de Ojén’ se convirtió en un eslogan publicitario en toda España, llegando a exportar la bebida a las cortes europeas e incluso a América”.
La revista menciona que el propio Pablo Picasso, el malagueño más ilustre de nuestra historia, hizo mención al aguardiente de este pueblo de Málaga, inmortalizando “la bebida y su nombre en la obra cubista ‘Bodegón español’”, cuadro en el que se apreci escrito en una botella el nombre del municipio: Ojén, “un detalle que lo elevó a la categoría de icono artístico”.
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