Este es uno de los pueblos más fresquitos de Málaga para acabar el verano: conserva una torre de la época nazarí y tiene un columpio gigante

A tan solo unos kilómetros de la costa, escondido entre montañas y manantiales, Istán se levanta como uno de los pueblos más singulares de la provincia de Málaga. Situado en la falda sur del Parque Natural de la Sierra de las Nieves, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO, este pequeño municipio es conocido como el Manantial de la Costa del Sol por su riqueza en aguas subterráneas, acequias moriscas y fuentes que marcan el ritmo de la vida local.

Su enclave privilegiado lo convierte en uno de los lugares más frescos de Málaga durante los meses de verano, con rincones naturales donde el agua, los bosques y los senderos serranos protagonizan el paisaje. A escasos 15 kilómetros de Marbella, Istán se presenta como un destino que combina patrimonio histórico, riqueza natural y tradiciones profundamente arraigadas.

El agua como esencia de Istán

El carácter de Istán está íntimamente ligado al agua. Desde tiempos musulmanes, el municipio ha conservado una extensa red de acequias moriscas, aún en funcionamiento gracias al ingenio de sus constructores. Sus fuentes, repartidas por todo el entramado urbano, forman parte de la vida cotidiana. Entre ellas destaca la Fuente del Chorro, situada en la calle del mismo nombre y reconocida por sus siete caños de agua potable.

Otras, como la fuente de la calle Pablo Picasso, sorprenden por su estética rústica rodeada de vegetación, evocando estampas propias de épocas pasadas. El agua también se convierte en protagonista en enclaves naturales como el Charco del Canalón, una de las pozas más visitadas en verano. Allí, el río Verde forma cascadas y remansos de aguas frescas que ofrecen una de las imágenes más características de Istán.

La Torre de Escalante: huella de la época nazarí

El patrimonio histórico del municipio tiene su mayor exponente en la Torre de Escalante, construcción nazarí del siglo XV que se conserva en la calle San Miguel. Declarada Bien de Interés Cultural, se trata del edificio más antiguo de Istán y uno de los vestigios arquitectónicos que recuerdan la importancia defensiva de la zona en la frontera con Marbella.

La torre, de estructura abovedada y con un arco de medio punto, conserva parte del patio de caballerizas y es un símbolo de la herencia musulmana del municipio. En torno a ella se fue consolidando el entramado urbano que hoy caracteriza a Istán, con sus calles estrechas y encaladas, testigos de siglos de historia compartida entre culturas.

Miradores y entorno natural privilegiado

Istán actúa como un gran mirador natural hacia la Sierra de las Nieves y el embalse de la Concepción. Entre los puntos panorámicos más destacados figuran el Mirador de la Herriza II, con un columpio y un banco de madera gigantes desde el que contemplar el paisaje, el Mirador del Peñón y el Mirador del Tajo Banderas, vinculado a episodios bélicos del pasado.

El municipio forma parte de un territorio con más de 20.000 hectáreas de bosque protegido, donde se encuentran especies únicas como el pinsapo. Diez rutas de senderismo y varios itinerarios para bicicleta de montaña recorren sus sierras, ríos y valles, ofreciendo estampas singulares en lugares como la Cañada del Infierno, el nacimiento del río Molinos o el valle del río Verde.

Monumentos y tradiciones

Además de la Torre de Escalante, Istán cuenta con otros espacios de interés cultural, como la iglesia de San Miguel, edificada en el siglo XVI y reconstruida tras la revuelta morisca, o la ermita de San Miguel, situada en una cueva a tres kilómetros del centro.

Entre sus tradiciones destaca la representación de El Paso, escenificación de la Pasión de Cristo celebrada desde el siglo XVII y declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía. Otras citas populares son la Feria de San Miguel, la Tostoná de noviembre o la Muestra Gastronómica y Día de la Naranja.

Además, este sábado se celebra la segunda jornada de La Velá, que cumple su séptima edición con una programación cargada de actividades culturales y de ocio en sus calles a la luz de las velas.

Gastronomía con raíces serranas

La cocina de Istán refleja la conexión con el entorno natural y agrícola. Entre los platos más representativos se encuentran el gazpachuelo, el guiso de hinojos, la sopa de maíz, la berza o las migas, además de dulces como los roscos de vino, el hornazo o las tortas de aceite. La producción de cítricos, especialmente la naranja, es seña de identidad de la localidad.