La ruta de río que sorprende a los más aventureros y está al lado del pueblo más bonito de Málaga

La costa oriental de Málaga, conocida por su diversidad paisajística y su riqueza medioambiental, esconde rincones que combinan naturaleza, historia y cultura en un mismo entorno. Entre ellos, destaca una pequeña joya que cada vez atrae a más amantes del senderismo acuático y los paisajes de interior: el río Higuerón. Su cauce serpentea por los alrededores de Frigiliana, una de las localidades más pintorescas de la provincia, y ofrece una experiencia sorprendente para quienes desean adentrarse en la naturaleza malagueña lejos de las playas más transitadas.

El río Higuerón es un típico río mediterráneo, modesto en extensión pero generoso en paisajes. Su nacimiento se localiza en la sierra de Almijara, y recorre menos de 13 kilómetros hasta unirse al conocido río Chíllar. A lo largo de su trayecto, el Higuerón atraviesa valles, huertas y laderas, sirviendo de fuente de riego para los cultivos y alimentando un ecosistema ribereño que añade frescor y verdor al entorno.

A pesar de su tamaño, este río es esencial en el día a día de la comarca. Mediante una red de acequias tradicionales, su caudal se reparte por los campos colindantes, garantizando el abastecimiento agrícola y cumpliendo, además, funciones clave en épocas de riesgo de incendio, gracias al almacenamiento en infraestructuras hidráulicas como el pozo de Batán.

Una ruta fluvial junto a Frigiliana

Quienes se acercan a Frigiliana y desean conocer su entorno natural tienen en el Higuerón una alternativa ideal. Una de las rutas más conocidas parte del entorno del cuartel de la Guardia Civil de la localidad y discurre por un tramo del río, permitiendo a los visitantes caminar en contacto directo con el agua entre paredes de piedra, vegetación exuberante y pequeñas pozas.

Otra posibilidad consiste en remontar el cauce hacia el norte, en dirección al ya mencionado pozo de Batán. Este recorrido permite observar cómo el río se integra en el sistema hidráulico tradicional de la Axarquía, entre bancales cultivados y antiguos canales de distribución de agua.

Además, en las inmediaciones del río se encuentra la ruta de la acequia de Lizar, que atraviesa paisajes con vistas al mar y al valle, y conecta con los restos del antiguo castillo de Lizar, punto estratégico durante la época medieval. Esta zona combina a la perfección el atractivo natural con el interés histórico y patrimonial.

Frigiliana, el contexto perfecto

Todo este entorno se enmarca en un lugar muy especial: Frigiliana, una localidad que ha sido reconocida en múltiples ocasiones como uno de los pueblos más bonitos de España. Su trazado de origen morisco, las calles blancas adornadas con flores y su cuidada arquitectura tradicional convierten este enclave en un auténtico referente turístico dentro de la comarca de la Axarquía.

El vínculo de Frigiliana con la tierra y el agua queda reflejado en su historia y en su paisaje. La antigua industria azucarera, la distribución del agua mediante acequias y la conservación del entorno hacen de esta localidad un ejemplo vivo del equilibrio entre naturaleza y cultura. Además, la cercanía del parque natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama aporta un telón de fondo espectacular para cualquier excursión por esta zona.

Un enclave entre huertas, montaña y mar

La ruta del río Higuerón, aunque menos conocida que otras como la del Chíllar, ofrece una experiencia más tranquila y auténtica. Sus paisajes naturales, el contacto directo con el agua y la cercanía a uno de los núcleos urbanos más atractivos de la provincia convierten a este recorrido en una propuesta singular dentro del turismo de naturaleza en Málaga.

A escasos minutos de la costa, entre montañas y huertas, esta ruta fluvial invita a descubrir una cara menos explorada del litoral malagueño. El entorno del río Higuerón y el pueblo de Frigiliana forman un binomio perfecto donde naturaleza e historia se dan la mano para mostrar una de las facetas más cautivadoras de la Axarquía.