La crisis de la Federación Malagueña de Peñas La Alcazaba se ahonda. El que fuera presidente del colectivo en los primeros años de siglo, Rafael Trigo, acusó ayer al último responsable de la asociación, Miguel Carmona, y a su junta directiva de tener la "responsabilidad" de la alta deuda de la congregación, que cifra en una cantidad superior a los 320.000 euros. Además, Trigo indicó que Carmona gastó en su periodo como presidente 16.356 euros "en todo tipo de cosas" con una tarjeta oro que "solo debe servir" para los gastos de la Federación.

"Entiendo que [la tarjeta oro] debe tenerla el presidente, si la tiene, para algún acto protocolario como alguna comida, pero no para gastar todo ese dinero en compras de ropa, gasolina, en reparaciones de neumáticos de coches, en pescadería o en Carrefour", expresó Trigo, quien fuera presidente de la Federación entre los años 1999 y 2005, y responsable hasta ayer [cuando formalizó su dimisión por discrepancias con las peñas] de la gestora que se puso en marcha tras la marcha tras la dimisión de Carmona el mes pasado.

Trigo también responsabiliza al último gestor de la situación de cerca de la mitad de las peñas con locales propios integradas en el organismo [en concreto a 37 de ellas], en las que según él se llevan a cabo prácticas de bingo ilegales durante los fines de semana: "Debe de jugarse ocho o diez partidas cuando se juega los fines de semana, y con solo 20 céntimos. Pero claro, eso es lo que se debe hacer...". El ex responsable de la gestora considera que "hay unos ingresos muy buenos" gracias a esa actividad, lo que ha llevado a sucesivos presidentes a "enrocarse" en el cargo: "El colectivo antaño eran actividades benéficas, culturales y deportivas. Ahora es bingo y para de contar".

El pasado lunes, una convulsa asamblea de la Federación acabó con la dimisión en caliente de cuatro de los cinco responsables de la gestora [todos ex presidentes del organismo], que se oficializó en la tarde de ayer en una reunión del comité gestor. El único de los ex presidentes que no dimitió, Jesús González, se hará cargo del organismo hasta el 9 de mayo, día en el que se celebrará una asamblea extraordinaria con una pregunta clara a los peñistas: elección de nuevo presidente o disolución de la Federación.

"Estamos en una situación de quiebra técnica. Es probable que los peñistas voten por elegir un nuevo presidente, pero si el nuevo no llega con 300.000 euros debajo del brazo y gasta más esto va a terminar estallando", prevé Trigo, añadiendo que ve "imposible" el pago de la deuda a través de subvenciones o por los patrocinadores, por lo que aboga por la disolución y creación de una nueva Federación.