Agatha y el color de la gastronomía

El Mercado de la Merced acoge una exposición con chaquetillas creadas para Alberto Chicote

Francisco Porras, Macarena Regueira, José Luis Blanco, Agatha Ruiz de la Prada, Amanda Catalán y Francisco Cantos, ayer, en la inaguración.
Cristina Fernández Málaga

15 de octubre 2015 - 01:00

Gastronomía y moda se unieron ya hace años gracias a un libro de Rafael Ansón. En él se asignaba un cocinero a un diseñador de Cibeles. "Me tocó Chicote, que tenía que hacer un plato inspirado en mí", relataba ayer Ágatha Ruiz de la Prada. Ese primer encuentro dejó a ambos con buen sabor de boca y de él surgió la primera chaquetilla. "Se la probó y se fue y al cabo de 20 minutos me llama por teléfono, pensé que se había rajado, que no se atrevía, y lo que hizo fue pedirme diez chaquetillas más", recordó la diseñadora. De esta forma, el color y el atrevimiento entraron en la cocina de Chicote para no abandonarla jamás y las peticiones se fueron multiplicando. Una veintena de esas creaciones se exponen en el Mercado de la Merced hasta el 25 de octubre. La muestra fue inaugurada ayer.

"Empezó a salir en muchos sitios con mi ropa, aunque aún no era conocido, pero luego salió el programa Pesadilla en la Cocina y hubo un año en el que tuve más prensa por Alberto Chicote que por mi", explicó Ruiz de la Prada. "Fue algo que no estaba preparado, que salió por amistad, no como marketing, y en cambio ha sido fabuloso para los dos", agregó la diseñadora que inauguró en Málaga su décima exposición del año con su fundación.

Más de 150 prendas, con corazones, lunares, cuadros, rombos, letras, huevos fritos, flores... y, sobre todo, mucho color, ha creado Agatha Ruiz de la Prada para Alberto Chicote. Estas prendas se expusieron por primera vez en enero, en el Museo del Traje. Después viajó al Museo de la Verdura de Calahorra y ahora recalan en Málaga. "Tienen que ver mucho con un mercado como este, tan divertido, un lugar que le hacía falta a Málaga, para venir, tomarse algo y acordarse de nosotros", comentó.

Todo cambia, aseguró la diseñadora, y el blanco no tiene por qué ser el color que mande en la cocina. Para la diseñadora es, sencillamente, "irrenunciable". No sólo en la indumentaria de un chef, también en sus platos, en los que cada vez tiene más presencia la imagen. "Cada vez comes más por los ojos", apuntó y aseguró que "la gastronomía y la moda están cada día muy juntas, y son dos de las grandes bazas de España".

Aunque es gran amiga de chefs y ha podido probar delicias tremendamente elaboradas en grandes restaurantes, para Ágatha Ruiz de la Prada los huevos fritos encierran la perfección. Uno de ellos está estampado en terciopelo rojo, en el centro de su universo creativo, en su manera de ver la vida y, por extensión, la cocina.

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