Off the record

Arenas ante su última oportunidad

  • Todas las encuestas indican que el candidato popular obtendrá los mejores resultados de su historia en las autonómicas, pero eso no significa que vaya a arrebatarle el sillón presidencial a Chaves

TRAS la dura derrota electoral del PP en marzo de 2004, Javier Arenas, en una rápida actuación ante el primer comité ejecutivo postelectoral, se ofreció voluntaria y sorprendentemente a volver a Andalucía, dejando sus numerosos cargos en Madrid y "sacrificándose" asumiendo la dirección de los populares andaluces, que hasta entonces ostentaba Teófila Martínez. Arenas afirmó entonces que ésta sería su última intentona electoral en Andalucía, para ganar o retirarse, como así lo recuerdan hasta hoy sus íntimos enemigos en la actual dirección de los populares andaluces.

Pero a menos de treinta días de la cita con las urnas, Arenas tiene ante sí una gran oportunidad, sobre todo tras los 28 años de socialismo persistente en la región y tras sus dos iniciales derrotas del siglo pasado, incluida su saga/fuga a Madrid en 1996 tras la cartera ministerial, cuando pudo optar por mantenerse en Andalucía.

Vuelve a presentarse once años después, sin haber dejado nunca de controlar a distancia el partido popular andaluz. Y pudiera suceder ahora, y así lo indican las tendencias sociológicas de las encuestas, que por su perseverancia, sus múltiples desplazamientos por la comunidad, pueda obtener un gran resultado.

Es más que probable que mejore los resultados de su interina Teófila, que en el año 2000 sacó 47 diputados en el Parlamento andaluz. También parece ser que disminuirá la diferencia de ocho puntos con los socialistas, que fue la distancia más corta entre ambos grupos en las últimas municipales, como muy bien recuerda el columnista Rossell. Y su resultado en Andalucía será fundamental para colaborar con la victoria electoral de Mariano Rajoy, pues tiene la posibilidad de lograr cinco escaños más en el Congreso de los Diputados. Es el número mágico que le pidieron en Madrid cuando se le envió al Sur. Los últimos datos del CIS no valen demasiado porque se hicieron durante la crisis/humillación de Ruiz Gallardón, y las más recientes encuestas internas de los populares les dan que están un punto por encima en las nacionales.

El candidato popular sólo se enfrenta a un obstáculo para lograr esta gran victoria, y son las insalvables diferencias electorales en la provincia de Sevilla, donde siempre se rondan los treinta puntos de distancia a favor de los socialistas. No es por tanto un enigma que se acuse a la Junta de centralismo sevillano. Después se recompensa con votos. Lo que sí es un misterio digno de Poirot es que Arenas provoque más zozobras en las direcciones populares de provincias que no le dan problemas, como Málaga o Almería, que en la hispalense. Es éste el único dato sociológico que podría evitar el excelente resultado electoral de Arenas.

Otro gran problema de los populares es que todo indica que su crecimiento en parlamentarios será a costa de los andalucistas, que podrían ser socios en un gobierno de alternancia, y no del rival Chaves.

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