Aulas sin rechazo

Arco Iris crea grupos provinciales con un centenar de profesores de la escuela pública para luchar contra la homofobia, la bifobia y la transfobia

Dos jóvenes en una campaña contra la homofobia.
Dos jóvenes en una campaña contra la homofobia.
Cristina Fernández Málaga

10 de noviembre 2014 - 01:00

"El insulto que más se usa en los patios de instituto es maricón", resalta Gonzalo Serrano, docente y miembro de la Federación andaluza Arco Iris. Y el acoso a los alumnos y profesores que muestran abiertamente una condición sexual distinta a la de la mayoría está aún demasiado implantado entre adolescentes y jóvenes. Más allá de campañas en días señalados, las asociaciones que trabajar para erradicar la homofobia y todo tipo de rechazo pretenden calar de forma más profunda en los jóvenes y para ello van a contar con los docentes como aliados. Arco Iris ha puesto en marcha ocho grupos de trabajo en las distintas provincias en los que participa un centenar de profesores de la escuela pública. Llevan trabajando desde el mes de octubre para presentar distintos proyectos a sus alumnos. La primera actividad será el 16 noviembre, día para la tolerancia.

En la provincia trabajan dos grupos, uno en la capital y otro en Marbella, en los que se han implicado una treintena de profesores. El centro coordinador es el IES Emilio Prados. También participan, a través del Centro del Profesorado de Málaga, los institutos Diego Gaitán, Número 1 Universidad Laboral, Fernando de los Ríos, Salvador Rueda, Manuel Alcántara, Pablo Picasso, Politécnico Jesús Marín, El Palo, Litoral y Portada Alta y el EOE Málaga Oeste. "Cuando quieres trabajar estos temas que aún son tabú para mucha gente, que despiertan cierto recelo, si existe un grupo de trabajo oficial, tiene otro tipo de respaldo la iniciativa", considera Gonzalo Serrano, profesor coordinador del programa.

"Tenemos que educar en competencias y una de las que define el Consejo de Europa y que está en la Lomce es que los alumnos tienen que tener la competencia social y ciudadana, entender la sociedad en la que viven y poder interactuar con ella", explica Serrano. "Con este programa ofrecemos talleres al centro, una exposición y diversas herramientas para que en nuestros centros haya más docentes que se involucren, material adaptado, películas", agrega el profesor.

El proyecto pretende cumplir dos objetivos, prevenir el acoso que tiene que ver con la homofobia y la transfobia y, por otro lado, aumentar los niveles de autoestima del alumnado y el profesorado LGBT. "En todos los centros hay profesores que tienen miedo a ser muy visibles, a que la gente los asocie con estos temas, sentimos una cierta manía persecutoria y es normal que la tengamos", comenta Serrano, que subraya que la mitad de los profesores implicados en el proyecto son heterosexuales.

Además, dentro de este proyecto los centros realizarán un estudio del nivel de homofobia de su alumnado, a partir de una encuesta que analizará la permanencia de estereotipos, el nivel de confianza hacia la familia y el uso del insulto "maricón" en el entorno educativo. "La situación está mucho mejor que hace diez años, antes de la ley del matrimonio homosexual de este tema se hablaba muchísimo menos, ahora hay más profesores abiertamente gays, muchos chicos que ya de adolescente declaran su identidad sexual, a su círculo de amigos o profesores más cercanos", considera el coordinador del programa, pero matiza que aún los insultos y el acoso son comunes.

"La percepción de un LGTB adolescente es que su entorno es agresivo contra ellos, escucha insultos y comentarios desagradables", dice y sostiene que "los chicos de 15 años necesitan reforzar su masculinidad, han aprendido que hay que ser agresivo y pisar a otra gente, es cuando vemos muchas aptitudes machistas hacia las chicas y homófobas". De ahí, que el trabajo se centre en el instituto, porque es "donde la gente lo pasa peor". Sin embargo, el trabajo se tendría que comenzar mucho antes, en Primaria, para evitar "poner parches" cuando han carecido de las herramientas oportunas para afrontar una adolescencia sin rechazo. Con este proyecto se pretende que la diversidad se refleje de forma efectiva en la vida del centro.

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