La campaña que el Ayuntamiento de Málaga ha puesto en marcha para castigar los excesos de los hosteleros durante la Semana Santa sigue dejando una ristra de sanciones. En las últimas 24 horas, la Inspección de Vía Pública ha levantado casi una veintena de actas a terrazas del Centro, en su mayoría por exceso de ocupación, y el resto por carecer de autorización. 

En concreto, han sido apercibidos un total de diez locales por ocupar más espacio del autorizado a My Crepe, situado en calle San Juan, Parisnack, en calle Zapatero, La Malagueña, en Sebastián Souivón, Anserin, en Puerto del Mar, Andino, El Rinconcito, en Calderón de la Barca. También han sido multados la clásica Quitapenas, en calle Sánchez Pastor, Te-Pico y El Mortal, ambos en la plaza Enrique García-Herrera, y Café Bar Ortega, en Pasillo Santa Isabel. 

Las nueve terrazas sancionadas por no tener permiso han sido El Templo del Vino, también en calle Sebastián Souvirón, Donde Carlos, en la plaza Arriola, y El Marisquero, en calle Olazaga, además de London Café, en calle Calderón de la Barca, Tandoori Mexican y Rou, en calle Fajardo, Illari, en calle Strachan, Tatanegro, que se encuentra en la plaza del Obispo, y Mosaico, en calle Sánchez Pastor.

El Consistorio malagueño, que estos días ha detallado a través de un tuit cuáles han sido las terrazas contra las que ha actuado, ha indicado que, como en todas las intervenciones de inspectores municipales donde se detectan, las terrazas no autorizadas han sido levantadas. 

Esta semana ha tenido especial repercusión a través de las redes sociales la colocación de mesas en la entrada de los museos Thyssen y Picasso. Hasta tres mesas distintas con platos y una cubitera con botella de vino en los acceso de la primera pinacoteca citada. No es que la entidad cultural hudiera pedido una nueva licencia de terraza a fin de diversificar el negocio, sino que el restaurante que se encuentra en las proximidades, Canela Fina, las mudó al mismo umbral del Palacio de Villalón el sábado pasado mientras pasaba el traslado del Mutilado. 

Fuentes de la Policía Local confirmaron entonces que el desplazamiento de las mesas hasta la proximidad del Palacio de Villalón –uno de los mejores ejemplos de la ciudad de la arquitectura doméstica del Renacimiento que data del siglo XVI– fue una decisión unilateral de un agente "que no consultó con los superiores" y aseguraron que las mesas estuvieron "unos 15 minutos". Asimismo, destacaron que desde el domingo la imagen no podría volver a repetirse "de ninguna manera" ya que el itinerario está planificado con precisión "y todas las terrazas están notificadas". 

En la imagen tomada por un vecino se apreciaba la calle despejada y a uno de los camareros del local tomando nota a los comensales de una de las mesas instaladas. El Ayuntamiento de Málaga, en un mensaje en sus cuentas de redes sociales, destacó que se debió "al desplazamiento momentáneo de mesas".

Las actuaciones policiales se están desarrollando esta Semana Santa después de que cofradías y hosteleros se enfrentaran por las terrazas durante los primeros traslados. Las discrepancias se produjeron el sábado 25 de marzo. La Agrupación llegó incluso a emitir un comunicado en el que lamentó "profundamente" las escenas que vivían las hermandades y cofradías que durante sus procesiones tenían que sortear mesas de negocios que no se retiraban a su paso. "Esta imagen proyecta falta de sensibilidad y responsabilidad por parte de algún negocio, generando un ambiente negativo que ensombrece al conjunto de la ciudad y al cofrade en particular", protestó la institución. La Asociación de Hostelería de Málaga (Mahos) aclaró que respetaba la Semana Santa "como una expresión religiosa y cultural de primer orden", pero destacaba que se trataba de un "acontecimiento económico y turístico básico para el empleo y la generación de riqueza". 

"Riesgos para la seguridad"

La Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga lleva años advirtiendo de los "riesgos para la seguridad de los ciudadanos" que generan en las calles "la excesiva ocupación de la vía pública por terrazas de hostelería y que se agravan en aquellos momentos que conllevan grandes aglomeraciones de personas como la Semana Santa". "No se puede pretender ni permitir, en estas circunstancias, mantener, a toda costa, el máximo número de mesas y sillas posible, ocupando el mayor número de calles posibles y durante el mayor tiempo posible", denuncia el colectivo vecinal, que considera que se "comprometen los planes de evacuación o el acceso de vehículos de emergencias, ambulancias o bomberos".

Los residentes ven "inaceptable que la seguridad de la ciudadanía tenga que verse condicionada por atender a consideraciones totalmente ajenas a los criterios estrictamente técnicos en materia de seguridad".