La Policía Nacional ha desarticulado una red de narcotraficantes en una operación desarrollada en las provincias de Murcia y Málaga que se ha saldado con la incautación de más de siete toneladas de hachís y 31 detenidos, de origen español y magrebí.
Los arrestados, que pertenecían a dos organizaciones, supuestamente contaban con una amplia infraestructura formada por embarcaciones, furgonetas, almacenes e inmuebles preparados para recibir la droga, custodiarla y posteriormente trasladarla a terceros países de la Unión Europea.
Las investigaciones se iniciaron en febrero y fruto de las primeras pesquisas realizadas se descubrió un importante proyecto destinado a la introducción de grandes cantidades de hachís a través de costas del país mediante embarcaciones pesqueras.
Los miembros de la organización, afincada en Murcia, disponían de una potente infraestructura, contando con varios barcos pesqueros, numerosos vehículos, inmuebles y naves de almacenamiento. Todo ello puesto a disposición de un grupo familiar de Almería cuyo propósito era la introducción del hachís en nuestro país.
Tras varios intentos fallidos, la organización planificó llevar a cabo el desembarco en aguas murcianas de un importante alijo. Para ello utilizaron hasta a diez personas únicamente para realizar contravigilancias con la intención de informar sobre eventuales controles policiales.
A pesar de estas medidas de seguridad, los agentes se incautaron de 1.360 kilogramos de hachís repartidos en 45 fardos hallados en el interior de una furgoneta que habían sido trasladados a la Península en una embarcación procedente de costas marroquíes.
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