Chino, un idioma más en clase
El CEIP Algazara de Alhaurín de la Torre, colegio bilingüe en inglés, acaba de sumar el chino como parte del currículum en los cursos 1º, 3º y 5º de Primaria
Desde el saludo hasta la forma de manejar los palillos para comer. En un mes y poco de clase, unos 130 alumnos de 1º, 3º y 5º de Primaria del CEIP Algazara, en Alhaurín de la Torre, han aprendido un buen número de conceptos, pictogramas, palabras y costumbres chinas. Gracias a un convenio suscrito entre la Junta de Andalucía y el Instituto Confucio, este centro imparte el idioma en horario lectivo y como una asignatura más del currículum. Es el único de toda la provincia y uno de los cinco que existen en Andalucía que han pasado de ser bilingües a plurilingües con el chino como tercer idioma. Los alumnos están encantados con su acercamiento al gigante asiático.
"He aprendido muchas cosas, los países, cómo se dice hola, ¿cómo estás?, algunos números, la bandera de China...", explica Manuela, de 3º A. Para ella y sus compañeros las dos horas semanales se les quedan cortas y se muestran, de manera unánime y decidida, emocionados con la asignatura. Un factor determinante para ello es su nueva profesora, Yuán Zhou. "El chino es difícil, pero la seño es muy buena, repite mucho porque la mayoría no se entera, la verdad", dice Irene. Junto a sus compañeros sostiene que "es la actividad que más nos gusta, ojalá hubiese más días" y se muestran dispuestos a que su inmersión en el idioma tenga continuidad en el resto de cursos escolares.
La docente, enviada por el Instituto Confucio, es una joven profesora titulada que estará en el centro malagueño durante este curso escolar. "Los veo muy interesados", considera de sus alumnos. "Nuestro idioma es un poco difícil para los españoles, es muy diferente, y para enseñarlo a los niños tengo que pensar en muchos métodos para llamar su atención", apunta. Pero en algunos casos no ha hecho mucha falta aguzar el ingenio, porque los escolares del Algazara no han dejado de saciar su curiosidad con preguntas sobre una cultura tan alejada de la nuestra como atrayente. "Me preguntaron que si comíamos perros, pero yo les expliqué que no, que sólo es costumbre en una provincia", comenta Zhou.
Un poco de geografía, situar a China en el mapa, hablar de las ciudades más importantes del país, comentar los hábitos de vida, los horarios o las comidas típicas han ocupado hasta el momento buena parte de la clase junto a las fichas, el dibujo de los pictogramas, la repetición de la caligrafía y de la pronunciación. Los manuales de la asignatura, los libros de lectura, el material y los juegos los envían desde el Instituto Confucio. También el gobierno chino paga a la docente, por lo que la implantación de esta materia no ha necesitado de un desembolso por parte de la Junta de Andalucía.
Este colegio, en el que estudian unos 580 alumnos y que acaba de iniciar su noveno curso, se pensó para encabezar el proyecto en la provincia "porque en el municipio ya tenemos un instituto, el Huerta Alta, en el que se imparte chino como actividad extraescolar y se pensó que sería oportuno comenzar con la lengua en Primaria y que los estudiantes pudieran continuarla después si querían", comenta Yolanda Pescador, jefa de estudios y directora en funciones del centro.
Esta novedosa experiencia fue acogida con mucho agrado por la comunidad educativa. "Se propuso en todos los grupos de los cursos que inician ciclo, le dimos la opción de cursar o no chino y ha tenido una aceptación buenísima, en algunas clases del 100% y en torso del 80%", agrega. Aún así, se ha desarrollado un horario paralelo en el que los alumnos que no estudian chino realizan actividades TIC, una "programación específica para buscar información en la red, realizar power point y manejar aplicaciones", apunta la jefa de estudios.
La mayoría de los padres están muy satisfechos de la iniciativa y los propios alumnos afirman que aunque consideran que su aprendizaje es difícil los animan a seguir por la importancia del idioma. Además, la profesora de chino habla también en inglés por lo que el español se deja casi a un lado cuando se entra en la clase de Yuán. "El objetivo de esto es que los niños estén motivados en el aprendizaje y vean lo importante del uso de una segunda y tercera lengua", dice Yolanda Pescador. "También es importante para el conocimiento de la cultura oriental", agrega.
Con canciones, manualidades, utensilios, juegos y dibujos, la docente desarrolla una programación didáctica que se acaba de iniciar pero que tendrá una vigencia de cuatro años. Aunque aún de forma tímida, el chino empieza a irrumpir en la enseñanza pública.
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