Ciudad Jardín tras los efectos de la riada

Un mes y medio después de las catastróficas inundaciones que anegaron parte de la capital malagueña, aún se siguen vislumbrando las secuelas de sus millonarios efectos. La barriada de Ciudad Jardín es un ejemplo de ello. Fue una de las más afectadas por la tromba de agua que cayó en la mañana del pasado 17 de noviembre y que provocó el taponamiento del arroyo Aceiteros que se terminó desbordando y causando importantes daños en toda la zona.

Operarios y máquinas de diversa índole continúan trabajando en todo el curso embovedado de este arroyo a su paso por el entramado urbano para evitar que vuelva a ocurrir lo que aquel día estuvo a punto de convertirse en tragedia. Aceras levantadas, muros derribados y asfalto cuarteado fueron el resultado de la fuerza con la que bajó este arroyo cuyos efectos se multiplicaron debido a la enorme cantidad de acarreos que arrastró y que atoró la conducción embovedada por la que debía transcurrir. Esa obra declarada de emergencia por el Ayuntamiento de Málaga terminará a lo largo de este mes y es, junto a otra aún pendiente de ejecutar en la zona de Los Asperones con la colaboración de la Junta de Andalucía, la única todavía pendiente para tratar de restablecer la normalidad después de aquellas inundaciones. Ayer el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, visitó junto a otros ediles y técnicos de Urbanismo, los trabajos que se están llevando a cabo en la avenida de las Postas, una de las que resultó más afectadas por el desbordamiento del arroyo Aceiteros.

"Es un proyecto muy importante el que se está haciendo en la zona", explicó el regidor a los periodistas, a los que detalló que en la parte más alta del arroyo se han construido 14 escolleras con la intención de que frenen la velocidad del agua en el caso de que vuelva a llover de forma torrencial dada la pendiente de esta cuenca y el material deslizante que la forman.

Unos 800.000 euros invertirá en total el Consistorio malagueño en esta obra que culminará con la limpieza de la parte baja de este arroyo que dejó a su paso un devastador reguero de lodo y piedras. Pero a esta inversión se suman otros 400.000 euros que De la Torre aseguró que costará la otra gran actuación que se ha habido que llevar a cabo por culpa de las intensas precipitaciones de aquel día y que obligó a desalojar a cuatro familias cuyas casas habían quedado al borde del inmenso talud de la calle Moisés.

Allí aún una grúa trabaja para apuntalar y sellar la pared vertical que se vio seriamente afectada por las lluvias, aunque las familias ya pudieron volver a sus casas una vez que se logró garantizar la seguridad de las viviendas. Sin contar con los gastos que acarreó la limpieza del lodo que inundó numerosas calles de la ciudad, las arcas municipales tendrán que desembolsar rentre 2,5 y 3 millones de euros para devolver a numerosas barriadas a la normalidad.