"Comparar el hotel del Puerto con la Torre Eiffel causa sonrojo"

El arquitecto Salvador Moreno Peralta critica que se fíe a un "artefacto" la imagen de Málaga

Infografía del diseño del hotel del puerto.
Infografía del diseño del hotel del puerto. / Javier Albiñana

Málaga/Ni la necesidad del proyecto está justificada, ni un icono hace ciudad, ni el impacto visual es argumento para la descalificación apriorística. El arquitecto Salvador Moreno Peralta tomó posición ayer en estos términos frente al hotel de 135 metros de altura proyectado en el dique de levante del puerto de Málaga. El debate en torno a la idoneidad del rascacielos en el complejo portuario extrañaba la voz de uno de los arquitectos que más alto y más claro se ha movido años atrás para oponerse a los fallidos intentos de edificar un complejo comercial donde ahora está el Palmeral de las Sorpresas y un supermercado en el actual emplazamiento del Centro Pompidou.

Una mesa redonda organizada ayer tarde por el diario El Mundo en la Sociedad Económica de Amigos del País fue el momento elegido para romper el silencio ante el escenario local. Afirmó que hay 10 ideas "insoslayables" en un debate que no es nuevo, sino que comenzó con la polémica del centro comercial y el supermercado, de modo que el rascacielos de uso hotelero no es más que una etapa en el trayecto de la polémica. Indicó en primer lugar que los activos portuarios que se liberen se deben gestionar con "criterios de máxima rentabilidad en el tiempo", no tratando de cuadrar la cuenta de resultado a corto plazo. En esta línea subrayó que no se puede privatizar el patrimonio colectivo y que en ningún caso la actuación que se diseñe puede interferir en el uso portuario y, sobre todo, en su desarrollo futuro. La utilidad cultural, social, económica y turística de la torre hotelera, de acuerdo con el criterio de Moreno Peralta, no se ha demostrado.

El filo de su discurso se hizo más punzante cuando lamentó que la globalización haya convertido las ciudades en meros mercados que compiten con criterios de empresas promoviendo supuestos "espacios singulares" que no son más que "postales" de "artefactos". "Se ha impuesto de manera irreflexiva el recurso al icono como imagen de ciudad". En su opinión, comparar un hotel de 135 metros con la Torre Eiffel de París "es exagerado hasta para el malagueñismo más recalcitrante". Puso de relieve además la sospecha que le provoca la unanimidad mostrada por partidos políticos y administraciones en torno a este proyecto y no en otros de la ciudad, así como la también sospechosa "unanimidad" que se trata de exhibir en un debate que hurta la riqueza de "la divergencia".

No obstante, también advirtió a los partidarios de convertir el rascacielos en un anatema que tan "provinciano" es compararlo con la Torre Eiffel, como descartarlo solo y exclusivamente por su impacto visual. El arquitecto Carlos Hernández Pezzi, que participó en la mesa redonda junto a la profesora de la Universidad de Málaga María José Andrade, el abogado Álvaro García Cabrera y el endocrino Federico Soriguer, anotó que el proyecto hotelero en el dique de levante tal y como está planteado ahora "vulnera la legislación" española y europea. Tan es así que en su opinión, de salir adelante "rozaría la prevaricación".

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