El Consistorio acometerá dos obras en el vertedero para reducir el mal olor
La idea es aprovechar el gas metano y tratará los lixiviados del vaso de residuos más nuevo
Los malos olores que desprende el centro ambiental de Los Ruices de Málaga ha provocado desde hace unos meses las quejas de algunos vecinos de la zona. Pero el Consistorio de la capital quiere acabar con esa situación y ayer les anunció que se llevará a cabo una obra de forma inmediata para tratar de minimizar el efecto del gas metano al salir del vaso subterráneo donde la basura es enterrada tras su tratamiento, y de paso generar electricidad.
Es lo que ya se está haciendo en el vaso de almacenamiento de residuos sólidos urbanos más antiguo, sellado por completo desde hace años cuando llegó al cien por cien de su capacidad, mediante unos motores que convierten el gas que emanan en energía eléctrica. No ocurre hasta ahora lo mismo en el vaso más nuevo, explicó ayer a este periódico el concejal de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Málaga, Raúl Jiménez, porque "se encuentra a menos del 30% de su capacidad y el aprovechamiento del metano no se había previsto todavía".
Sin embargo, el edil adquirió el compromiso con los vecinos del entorno de iniciar la obra en breve para conectar ambos vasos mediante una red de canalizaciones que transportarán el gas hasta el más antiguo para producir electricidad y así reducir el mal olor que puede estar produciendo esta situación.
Mientras tanto, Jiménez aseguró incluso que la idea es colocar unas antorchas que quemarán el metano, aunque no se aproveche, durante los aproximadamente tres meses que durará la obra.
También el vaso de almacenamiento de residuos más nuevos, y con la misma intención de reducir el mal olor y el impacto, el área de Medio Ambiente acometerá otra obra para construir una planta como la que ya existe en el otro para tratar y depurar los lixiviados -líquido que se produce durante el proceso de descomposición de la basura- antes de enviarlo a la depuradora del Guadalhorce. Unos 600.000 euros costará este proyecto que acometerá la Empresa Municipal de Aguas de Málaga (Emasa) y que se prolongará durante seis meses.
Por si no fuera suficiente para acabar con el problema que denuncian los vecinos de la zona, y que mañana visitarán el interior del centro ambiental para conocer de primera mano cómo funciona, el concejal del área municipal anunció además que se va a encargar la realización de un estudio global de todo el entorno "para determinar con exactitud la procedencia de los malos olores porque el vertedero no es la única fuente de origen".
Una vez que se obtengan las conclusiones del informe, que se hará una empresa externa y que durará unos ocho meses, se adoptarán nuevas medidas.
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