Despedida con honores y en familia

"De niño mi padre me contaba actuaciones policiales con final feliz para dormir"

José y Víctor Jesús Bombien, padre e hijo. José y Víctor Jesús Bombien, padre e hijo.

José y Víctor Jesús Bombien, padre e hijo. / JAVIER ALBIÑANA

Con 42 años a sus espaldas de servicio a la sociedad y ocho condecoraciones por su trayectoria profesional, a José Bombien le ha llegado el turno de jubilarse. En tan solo seis meses, este policía nacional deja el cuerpo en el que lleva más de media vida y donde ha pasado por distintos grupos operativos. Desde hace seis años lidia con atracadores, pero durante una veintena lo hizo con "camellos". La vocación le viene de su padre y él se la ha transmitido a su hijo. "A todos los niños sus padres les cuentan cuentos para dormir, a mí el mío actuaciones policiales. En todas había final feliz", cuenta el también agente Víctor Jesús Bombien. 

La festividad de los Santos Ángeles Custodios, patrón del Cuerpo Nacional de Policía, es un día para celebrar, homenajear y recordar. Por ello, un total de 84 policías nacionales -además de diez personas y entidades externas- han sido reconocidos por el ingreso en la Orden del Mérito Policial este jueves. Uno de ellos, por octava vez, ha sido Bombien padre, al que la emoción y la pena por su cercano retiro no le ha dejado entonar el himno del cuerpo. Si bien, el relevo de su hijo en el cuerpo y tener tiempo para poder llevar a sus nietos al fútbol le consuela.

Policías nacionales durante la celebración de su día. Policías nacionales durante la celebración de su día.

Policías nacionales durante la celebración de su día. / JAVIER ALBIÑANA

Con 64 años, ha vivido la Policía de antes y la de ahora. Dedicado el grueso de su carrera a la lucha contra el "menudeo", ha observado cómo en su época el hachís era el rey y "las pastillas" le han desbancado el puesto. A pesar de que son las grandes operaciones las que suelen trascender en los medios de comunicación, defiende que ese pequeño tráfico es el que realmente molesta a los ciudadanos de a pie.

En el grupo de atracos tampoco les "falta trabajo". Destaca una de las últimas operaciones, en colaboración con la Policía Nacional de Francia, donde consiguieron detener a un total de once personas entre los dos países tras desarticular un grupo criminal, con base de operaciones en Málaga, que planificaba asaltar una "guardería de droga" y "amarrar" a un narcotraficante. Todos ellos, en prisión provisional tras ser puestos a disposición judicial, están siendo investigados por su presunta autoría en delitos en delitos de tentativa de robo, asociación ilícita, tráfico de drogas, tráfico de armas y blanqueo de capitales.

José Bombien, policía nacional a tan solo seis meses de jubilarse. José Bombien, policía nacional a tan solo seis meses de jubilarse.

José Bombien, policía nacional a tan solo seis meses de jubilarse. / JAVIER ALBIÑANA

Bombien hijo habla de su progenitor con "orgullo" y admiración. "Ha puesto el listón muy alto, pero poco a poco voy a seguir sus pasos". Su primer destino ha sido en el puesto fronterizo de la Línea de la Concepción (Cádiz) con Gibraltar y, aunque reconoce que fue "obligado" al principio, ahora está "encantado". Y es que siempre tuvo claro que quería ser policía nacional, "quería llegar de trabajar todos los días contento", como había visto tantos años hacerlo a su padre. 

Sisi y Sara -suegra y nuera-, en cambio, viven el día a día con "preocupación", "incertidumbre" y "cierto miedo", aunque con el paso de los años "a todo se acostumbra una", reconoce la mujer de José, que también estuvo acompañándolo al otro lado del teléfono cuando permaneció dos años en Libia en la embajada española. También es cierto que "verlos felices" y "saber que llevan la profesión en las venas" hace que compartan su felicidad, añade la más joven.

Otra historia de cómo la vocación pasa entre generaciones es la de Ana Rodríguez, inspectora jefa del grupo de investigación de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) también condecorada con distintivo blanco. Su padre, del mismo modo, le inculcó la pasión por preservar la seguridad y el orden, hacer respetar las leyes y proteger a los ciudadanos. Desde 2007 en el cuerpo, ha pasado por oficina de denuncias y un grupo de prevención y reacción en las noches en Madrid hasta que hace ocho años consiguió a ascender y aterrizó en Málaga como destino final. 

La inspectora Ana Rodríguez posa para 'Málaga Hoy' tras ser condecorada. La inspectora Ana Rodríguez posa para 'Málaga Hoy' tras ser condecorada.

La inspectora Ana Rodríguez posa para 'Málaga Hoy' tras ser condecorada. / JAVIER ALBIÑANA

Víctimas de violencia de género o de agresiones sexuales son su pan de cada día. "Delitos muy duros" que, aunque con la trayectoria -reconoce- se gestionan mejor, "siempre hay uno que te sorprende y con el que te preguntas hasta dónde puede llegar el ser humano". Especialmente cruenta recuerda la violación que sufrió una mujer, de 48 años, en abril de 2021 mientras hacía deporte a plena luz del día en el barrio de Intelhorce.

La víctima narró cómo el agresor se acercó por la espalda cuando se encontraba en las máquinas de musculación. Sin mediar palabra, le propinó un puñetazo en la nariz y, tras varios golpes, la agredió sexualmente. Una compleja investigación por parte de la UFAM permitió la identificación y detención en Mijas del supuesto responsable, investigado por presuntos delitos de agresión sexual con penetración, lesiones graves y robo con violencia e intimidación, pues además del asalto sexual le arrebató su móvil y otro aparato electrónico. 

"También me sorprenden mucho los delitos que se cometen dentro de una familia. ¿Cómo un padre puede abusar sexualmente de su hija?", se pregunta la inspectora. La clave para tratar de ayudar a las víctimas "tener mucha empatía y no escuchar el caso como si fuese uno más", desvela. La realidad es que ahora se denuncian más agresiones que antes, asegura. "No sabemos si es porque hay más o porque las mujeres ya no se quedan calladas, pero lo que es cierto es que siempre hay una cifra negra".

En auge también se encuentran los delitos cometidos a través de la red. "El problema es que los malos tienen una gran capacidad tecnológica que les permite además preservar el anonimato y ocultar su rastro". Otra de las desventajas de la ciberdelincuencia es que es transnacional, explica José Raúl Castillo, inspector a los mandos de esta unidad. 

José Raúl Castillo, inspector de la Unidad de Ciberdelincuencia de la Comisaría Provincial de Málaga. José Raúl Castillo, inspector de la Unidad de Ciberdelincuencia de la Comisaría Provincial de Málaga.

José Raúl Castillo, inspector de la Unidad de Ciberdelincuencia de la Comisaría Provincial de Málaga. / JAVIER ALBIÑANA

No es fácil rastrear y capturar a los criminales que se esconden tras una pantalla. Por ello, el desenlace de la operación apodada como Mogador cobra aún más relevancia. El desmantelamiento de una red que operaba como una consultoría del cibercrimen y al que se le atribuyen más de 100 fraudes cometidos a través de las nuevas tecnologías -como son los timos del amor, falsos premios de loterías y falsas herencias, entere otros-, y la detención del líder de la misma -"uno de los mayores falsificadores, delincuentes y blanqueadores de dinero"- han hecho que este miércoles el inspector Castillo también sea condecorado

No menos importante es la labor que desempeña el Gabinete de Prensa de la Policía Nacional. Buscar el equilibrio entre el derecho a la información y la labor de investigación no es tarea sencilla. Javier García, licenciado en Periodismo y oficial de policía, lleva ya ocho años encargándose las relaciones informativas con los medios de comunicación para "dar a conocer el buen hacer" de sus compañeros, lo que le permite aunar sus dos vocaciones.

Javier García, condecorado por su trayectoria profesional en el Gabinete de Prensa de la Policía. Javier García, condecorado por su trayectoria profesional en el Gabinete de Prensa de la Policía.

Javier García, condecorado por su trayectoria profesional en el Gabinete de Prensa de la Policía. / JAVIER ALBIÑANA

Si bien, comenzó hace ya 15 años en la Brigada de Seguridad Ciudadana. Un área por el que -recomienda- todos los agentes deberían pasar para "coger un poco de tablas". Todavía confiesa echar de menos la calle y es que asegura que "el trabajo más bonito que un policía puede desarrollar". Los servicios humanitarios, para bien o para mal, dejan huella. Pero, "cuando uno se viste de uniforme olvida la persona que es para convertirse en el agente que somos".

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